Dos semanas atrás había sufrido el robo de su auto en la localidad de Ramos Mejía, partido de La Matanza. Ya había perdido la esperanza de recuperarlo hasta que recibió una llamada de una comisaría porteña. Era un oficial que le informaba que su coche había sido encontrado en cercanías del cementerio de la Chacarita. Feliz por el inesperado hallazgo, el propietario se presentó en la seccional con toda la documentación para llevárselo a su casa pero se llevó una sorpresa: en el baúl había un cadáver.
El insólito caso ocurrió en el playón de estacionamiento de la Comisaría 41ª de la Ciudad de Buenos Aires, ubicada en la calle Alfredo Bufano al 1800, a cinco cuadras del estadio de Argentinos Juniors.
Según fuentes policiales, el cuerpo no fue identificado y tendría entre 35 y 40 años. El Peugeot 208 estaba en la playa de estacionamiento de la dependencia policial desde el pasado miércoles, cuando efectivos lo encontraron abandonado en Avalos al 200, del barrio de La Paternal, y lo llevaron a la comisaría.
El robo del coche se registró a las 5.30 del 27 de mayo último en Ramos Mejía, partido de La Matanza, y fue cometido por una banda integrada por cuatro delincuentes.
El pedido de secuestro de ese vehículo comenzó a emitirse el 29 de mayo y así fue que efectivos de la Comisaría 41ª encontraron este auto abandonado en la calle Avalos al 200, a dos cuadras del cementerio de Chacarita.
Al abrir el baúl, el propietario del vehículo halló un bulto embalado en un sacón o bolsa tipo marinera que contenía el cadáver de un hombre de entre 35 y 40 años.
La víctima apareció en calzoncillos, tenía papel en la boca, la cabeza encintada, las manos atadas, y presentaba un tatuaje de un dragón en un hombro y otro en una pantorrilla. El cuerpo ya fue remitido a la morgue judicial de la Capital Federal para la correspondiente autopsia.
Una de las hipótesis que manejan los investigadores es que podría tratarse de una víctima de la mafia china, aunque tampoco descartan que pueda tratarse una víctima de un robo.