Desde hace más de tres años, Vìctor Cingolani está preso en la alcaldía de Pico Truncado, por el crimen de Johana Casas, su exnovia y hermana de su actual esposa, Edith Casas.
Sin embargo, estos días podrían ser los últimos que pase tras las rejas: el miércoles la Cámara del Crimen de Caleta Olivia dio lugar al pedido de excarcelación que presentó su abogado defensor, Lucas Chacón.
“Estamos a la espera, tenemos diez días hábiles para ver si la fiscalía apela la medida, pero tarde o temprano, Victor va a salir porque la Justicia así lo dispuso”, dijo a este portal el abogado, quien además adelantó que también presentó el pedido de libertad a la Cámara de Casación de Santa Cruz.
“Lo de Casación tiene que ver por el juicio en donde se encontró como autor material a Mariano Díaz. El fiscal señaló que no hay pruebas que involucren a Cingolani en la escena del crimen”, confirmó el letrado.
El Tribunal fijó una fianza de 200 mil pesos para que salga en libertad. Su familia ya presentó en forma de garantía dos autos y una propiedad. “Estamos esperando ansiosos a que salga y que la Justicia haga lo que realmente tiene que hacer”, señaló a Perfil.com la hermana de Víctor, Claudia Cingolani.
El caso. El 16 de julio del 2010, un hombre encontró en un descampado el cuerpo de Johana Casas (21). La habían asesinado de dos balazos: uno en el corazón y otro en las costillas. Desde el primer momento, el foco estuvo puesto en dos sospechosos: su pareja de aquel momento, Marcos “el Tosco” Díaz y Víctor Cingolani, ex de Johana que ya en ese entonces salía con hermana gemela, Edith.
Según los investigadores, ambos se habrían puesto de acuerdo para matar a la víctima.
Cingolani fue el primer en ser apresado, mientras que Díaz se mantenía prófugo. En julio del año pasado, Víctor fue condenado a 13 años de prisión por ser el autor material del asesinato.
La causa tomó mayor notoriedad cuando Edith Casas decidió casarse con el asesino de su hermana, contra la voluntad de su familia. Sin embargo, la causa dio un gran giro hace poco más de un mes, cuando Díaz fue condenado a 12 años de cárcel por el mismo delito, aunque con un detalle: en la escena del crimen sí encontraron ADN y huellas que involucran a Díaz, no así a Cingolani.
No obstante, el futuro de Víctor es incierto. “Con mi mamá estamos preparando la casa para cuando salga, se va a ir a vivir con Edith ahí, a lo de mi vieja, porque ella está sola. Después, cuando pueda conseguir un trabajo y estabilizarse, verán”, se ilusiona su hermana.
(*) Especial para Perfil.com