Tras una serie de denuncias recibidas, la División Trata de la Prefectura Naval Argentina en conjunto con el Programa Nacional de Rescate realizaron un amplio allanamiento en más de 20 prostíbulos de la Ciudad de Buenos Aires. Fueron rescatadas decenas de mujeres explotadas sexualmente.
Según consignó la agencia oficial de noticias jurídicas Infojus, perteneciente al Ministerio de Justicia, cuando un “volantero” de este rubro vio llegar los camiones de Prefectura Naval no hizo a tiempo para subir los dos pisos del edificio antiguo de Esmeralda y Lavalle. El hombre, que salía a buscar “clientes” y pegar volantes en los teléfonos públicos, también hacía de “campana” y alertaba a los encargados ante cualquier movimiento extraño.
Ayer por la tarde estaba solo y quedó aprehendido. Tuvo que dar explicaciones sobre la actividad de cuatro de los trece departamentos del edificio. Dos en el primero y otros dos en el segundo piso eran destinados a la explotación sexual de mujeres. Rescataron solo en este lugar -denominado como VIP- a quince mujeres. El escenario se repitió en 20 direcciones más. Todas en pleno centro porteño. Al cierre de esta nota no se sabía aún cuántas mujeres fueron rescatadas en total.
Con el logo de una manzana mordida, el prostíbulo funcionaba tras la máscara de “masajes y spa”. En uno de los departamentos había cinco habitaciones. Estaban equipadas con camillas para masajes, duchas y baños con hidromasajes. Habían sido acondicionadas con distintos colores y diseños. Cada una de las piezas abordaba una temática: “Fuego”, “Arena”, “Cielo”, “Clásica”, reseñó Infojus Noticias.
En un cuarto en refacción estaba escondida una bolsa de consorcio grande “de descarte”: con preservativos usados, envoltorios y papel absorbente. Los indicios de que se trataba de un prostíbulo eran claros. En otro departamento, las habitaciones estaban iluminadas con diferentes colores: roja, azul.
Cómo se promocionaban. Una de las formas de publicidad que tenía esta red era a través de avisos clasificados que publicaban en el diario Clarín camuflados bajo “cuidados del cuerpo”. El prostíbulo de la calle Esmeralda tenía además una web donde mostraba fotos de las mujeres con la cara tapada o borroneada, junto con las comodidades de las habitaciones. En Facebook, los “clientes” evaluaban su estadía y los “servicios”. 364 personas le habían puesto me gusta. “Qué hermosa y terrible bebota”, escribió un hombre en el muro. Otros consultaban la dirección, que no figuraba en la información de contacto. También tenía cuenta de Twitter y de Youtube.
En el allanamiento, además de las víctimas que eran explotadas sexualmente, había dos mujeres más. Una de ellas era la encargada de limpieza del lugar. Mientras los policías la acompañaban para tomarle declaración, lloraba sin consuelo. Otra, dijo haber ido hasta allí a vender productos.
Desde 2011 la Justicia viene cortando los lazos de esta red. Todos los prostíbulos allanados ayer estaban en la trama urbana donde el consumo de sexo parece ser parte del paisaje.