POLICIA
Autopsia devel que la mujer muri por estrangulamiento

Inquilino de empresaria asesinada se negó a declarar

Eduardo Becerrapasó el despacho del juez Canicoba Corral pero no habló sobre lo ocurrido con Mónica Vázquez, de cuyo asesinato fue acusado. Anoche, fue él mismo quien le avisó a la policía dónde estaba oculto.

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Eduardo Becerra, el hombre de 67 años detenido ayer bajo la acusación de haber asesinado a la empresaria gastronómica Mónica Beatriz Vázquez, se negó a declarar  hoy en los tribunales federales ante el juez Rodolfo Canicoba Corral, quien investiga el caso.

El supuesto asesino, de 66 años, que confesó en una carta el crimen así como su intención de suicidarse, fue detenido ayer en el barrio de Liniers sin ofrecer resistencia. Poco después, pasó la noche en la comisaría 44, en Porcel de Peralta al 700 y a las 8 fue trasladado a los tribunales de Retiro.

La investigación por el secuestro de la empresaria gastronómica –que murió estrangulada, según pudo ser conocido a partir de la investigación de la autopsia en la que trabajaron los médicos forenses– dejó de ser un supuesto secuestro tras el hallazgo del cuerpo de la mujer en la casa que le alquilaba a un trabajador del gremio, en la localidad bonaerense de Ciudadela.

Además, este mediodía se conoció que el pastelero fue quien llamó a la policía de la seccional 44 por teléfono para indicarle que el hombre al que buscaban por el crimen se hallaba en un hotel de Liniers, donde poco después fue detenido.

Fuentes judiciales informaron que Becerra, de 66 años y asistido por la defensora oficial Perla Martínez de Buck, compareció esta tarde en declaración indagatoria ante el juez federal Rodolfo Canicoba Corral y rehusó contestar las preguntas del magistrado y el fiscal Carlos Stornelli.

En tanto, las pericias del Cuerpo Médico Forense indicaron que Vázquez falleció a consecuencia de sufrir "asfixia" por presión física, con lo cual se caería la coartada del presunto criminal que habría aseverado que pegó una trompada y la víctima se ahogó aspirando su propia sangre.

Más temprano, por la mañana, el juez Canicoba Corral había anticipado que se declararía incompetente en la causa y y derivaría el caso a la Justicia ordinaria "si se confirma que no fue un secuestro, sino un hecho común". "El fiscal Carlos Stornelli propicia que no ha sido un secuestro", declaró el magistrado a los periodistas al ingresar a los tribunales federales del barrio de Retiro y precisó que "si fue un homicidio sería competencia de la Justicia ordinaria".

Canicoba Corral explicó que "esperaré a recibir el resultado de las pericias forenses para tomarle declaración indagatoria" y prosiguió con que "si como todo parece indicar fue un hecho común, me voy a declarar incompetente y remitiré la causa a la Justicia ordinaria".

Vázquez, de 45 años, estaba desaparecida desde el lunes pasado cuando fue a la vivienda que había pertenecido a sus padres a cobrarle y anunciarle que le aumentaría 600 pesos la renta al repostero Eduardo Becerra y donde días atrás habían descubierto la camioneta en la que solía desplazarse.

En un allanamiento realizado ayer en la vivienda poco después de las 13 y encabezado por el fiscal Carlos Stornelli, los investigadores descubrieron el cuerpo sin vida de la empresaria en el interior de una bolsa de consorcio y en posición fetal.

Poco después de las 20, la Policía logró dar con el paradero de Becerra, detenerlo y trasladarlo a dependencias judiciales para ser indagado. El pastelero se encontraba alojado en un hotel del barrio porteño de Liniers y tenía pasaje para viajar a la ciudad de Mendoza.

Hasta ayer a la mañana, los policías a cargo del caso estaban tras el secuestro extorsivo de la dueña de Dora, uno de los restaurantes más populares de la avenida Leandro N. Alem, en plena city porteña.

Se había recibido un llamado de rescate en el que se exigía medio millón de dólares para volver a ver a la mujer con vida.

La carta fatal. Pero todo cambió poco antes del mediodía de ayer cuando una vecina encontró en la medianera que comparte con el principal sospechoso una carta firmada por Becerra en la que admitía que Vázquez estaba muerta y que él mismo se iba a quitar la vida por el rumbo que tomó el caso.

También habría confesado en su espontánea declaración escrita el asesintato de la propietaria en el marco de una discusión por el pago de un alquiler de la propiedad de Ciudadela. En la misiva el pastelero habría dicho que si bien la golpeó, él no quiso matarla sino que fue un accidente.

Aparentemente, el panadero tenía una muy mala relación con Vázquez por cuestiones de dinero referidas al alquiler de la vivienda. Según trascendió, la empresaria cansada de esto planeaba vender la casa que era de sus padres una vez que terminara el contrato con Becerra.

Con esos datos el fiscal Stornelli ordenó el allanamiento en la casa ubicada en Gaceta de Buenos Aires 4235, donde encontró el cadáver de la mujer.

Vázquez era soltera y vivía en un duplex de dos ambientes, en Parisien 2112, Nuñez, en compañía de un perro de raza que paseaba todas las mañanas, indicaron los vecinos. La vivienda se encuentra en venta a través de la inmobiliaria Tizado y está valuada en 189 mil dolares

La primer versión. Hasta el hallazgo del cadáver de Vázquez, había trascendido que todo había comenzado el martes, cuando la empresaria regresaba de una reunión de negocios a su domicilio.

Siempre según lo que se creyó en un primer momento, sorpresivamente, al menos cinco delincuentes fuertemente armados la habrían abordado y la obligado a subir a uno de los dos automóviles en los que se desplazaban.

El martes, la hermana de la víctima hizo una denuncia por "averiguación de paradero" en la comisaría 35. Al día siguiente recibió un llamado extorsivo en la que los supuestos captores exigieron medio millón de dólares para liberarla sana y salva., por lo que realizó la denuncia pertinente.

La división Antisecuestros de la Policía Federal comenzó a investigar el caso de oficio, por lo que también intervieno la Justicia Federal.