Walter Vinader tiene varias facetas. En el amor le encanta asumir el rol de galán. Se muestra en público como un romántico empedernido. Es el típico hombre que ofrece esa sobredosis de dulzura que a veces termina provocando el efecto contrario. Al mismo tiempo, es posesivo y violento. Peligroso. En el trabajo se define ante sus pares como un empresario exitoso. Pero no lo es. Le gusta hacer gala de su pasado como prefecto y hasta luce orgulloso el uniforme de Prefectura, pese a que fue desafectado hace diez años.
Según pudo saber PERFIL, el prontuario del principal sospechoso por el crimen de Araceli Ramos (19) incluye causas judiciales por amenazas, extorsión, estafas, violación de correspondencia y hasta robo con armas. A esto habría que sumar la acusación por el caso que conmueve al país, su presunta relación con la desaparición de Aída Amoroso –la mujer de 86 años que vivía en la casa a la que fue citada la víctima–, la extraña muerte del hijo de la mujer y el crimen de Verónica Fernández (ver aparte), una joven de 32 años que apareció muerta en Vicente López. Si las acusaciones prosperan, todo indicaría que podría tratarse de un asesino serial.
Cuestiones de pareja. Entre sus víctimas figuran dos de sus últimas novias. Ana V. es una de ellas. La causa por la que fue condenado a dos años y diez meses de prisión se tramitó en el Juzgado de Garantías Nº 2 de Mercedes. La ex pareja del prefecto de 37 años denunció que recibió “diversos llamados y correos electrónicos, algunos con contenido amenazante, dirigidos tanto a su domicilio particular como a su lugar de trabajo”. En el expediente consta que Vinader ingresó los datos de Ana “en una página de internet de encuentros sexuales”. Que pegó carteles con la foto de ella en la ciudad de Suipacha, donde viven sus padres, con todo tipo de agravios. Y que ingresó a su correo electrónico y envió mails con insultos a sus contactos.
Algo similar hizo con Yanina M., otra mujer con la que estuvo vinculado sentimentalmente. El caso fue denunciado en febrero de 2005. Lo particular es que la mujer vive en la provincia de Chaco, y habría sido amenazada y extorsionada por mail, algo que el acusado negó ante la Justicia.
En abril de 2005, Vinader fue acusado por el delito de “robo con armas”. La causa fue tramitada bajo el Nº 49.298/04. En su descargo, el acusado responsabilizó a sus superiores de Prefectura, asumió el rol de víctima y contó que hasta intentaron matarlo. “Yo nunca amenacé ni increpé a nadie; es más, les puedo dar como ejemplo al juez Oyarbide, que en el expediente número 643/03, donde tuve que dar testimonio sobre el accionar de los superiores de Prefectura y pese a amenazas y hasta intentos de asesinato (razón por la cual tenía intervenidos mis teléfonos), no sólo aporté pruebas y datos, sino que hasta presté declaración (...) como así también en el Juzgado Federal Nº 3 de La Plata, donde está la denuncia efectuada por el ex ministro de Seguridad Quantín (sic)”, explicó en su momento Vinader, según pudo saber este diario.
En el rubro “estafa”, el acusado acumula denuncias de distintos tipos. Entre junio y diciembre de 2009 emitió cheques sin fondo por un valor que supera los 800 mil pesos. Además, fue procesado en otra causa al comprobarse que le había robado y adulterado el documento de un compañero de Prefectura. Con ese DNI, Vinader obtuvo un crédito que nunca pagó. Por esta causa fue exonerado de la fuerza, aunque públicamente anunció que había solicitado el retiro. “Está muy forreado el asunto (sic)”, justificó ante sus amigos de Facebook. Obviamente, todos le creyeron.
La nieta de Aída acusó a Vinader
c.d.s.
La nieta de Aída Amoroso, la mujer de 86 años y dueña de la casa a la que acudió engañada Araceli en busca de trabajo, contó que su abuela estaba muy afectada por la muerte de su papá, y enseguida sembró dudas sobre la responsabilidad de Walter Vinader. “Mi abuela estaba muy mal por lo que le pasó a mi papá”, explicó Solange.
“Ella conoció a Vinader a través de mi viejo. Walter fue quien me dio la noticia de que mi papá había muerto, pero lo raro es que me avisó dos semanas más tarde”, remarcó la chica. “Según él, mi papá estuvo descompuesto desde las 5 de la mañana hasta las 4 de la tarde mientras él llamaba sin éxito al PAMI en busca de una ambulancia, pero nadie lo atendía y en ese momento dijo que quería hacer una denuncia por abandono de persona”.