Las denuncias contra los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi no serían todas de Mendoza. En la ciudad de La Plata se abrió una causa por abuso sexual a partir de la versión de dos presuntas víctimas.
“Habría al menos dos víctimas de estos sacerdotes en la ciudad de La Plata, según comentarios de testigos aportados en el marco de la causa que se instruye en Mendoza”, reconoció el fiscal Fernando Cartasegna, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 4 de Delitos conexos con Trata de Personas y Pedofilia.
Según las fuentes, Corbacho se desempeñó en el Instituto Próvolo de La Plata y el colegio Nuestra Señora de la Merced hasta febrero último, en tanto Corradi trabajó en el Instituto Próvolo en La Plata, en la década de los 90.
“Cuando ambos trabajaban en La Plata contactaban por chat, a la noche, a niños, con los cuales tenían un conocimiento previo, para preguntarle cómo se sentían, saber sobre sus familias, presuntamente para sondear su estado de vulnerabilidad”, señaló un vocero vinculado a la investigación.
“Como primera medida estoy convocando públicamente, vía redes sociales y a través de los medios, para que las personas que fueron víctimas se acerquen a dar su testimonio, garatizándoles el acompañamiento y la contención necesaria a través de nuestros equipos especializados”, explicó Cartasegna a esta agencia.
El fiscal adelantó que tiene previsto contactarse con el Arzobispado para pedir informes sobre ambos sacerdotes y también al Instituto Antonio Próvolo de la ciudad de La Plata
Además, precisó que su fiscalía recibe denuncias a través del teléfono 0221 4274984 y el mail personal del fiscal ,[email protected], o la página de Facebook de la UFIJ número 4 Delitos conexos con Trata de Personas y Pedofilia de La Plata.
Relato. Una de las víctimas denunció en el Ministerio de Justicia de Salta que fue abusado por Corradi en La Plata, entre los años 1982 y 1991.
El denunciante es sordomudo, vive actualmente en la ciudad de Tartagal y tiene 42 años.
A través de una intérprete, contó al Nuevo Diario que, por su condición de hipoacúsico, y al no tener en su ciudad natal dónde instruirse, sus padres lo enviaron a La Plata para que realizara la primaria. Estuvo en el Próvolo desde 1982 hasta 1991 y fue la peor época de su vida. La supuesta víctima relató que en el instituto sufrió todo tipo de abusos, desde sexuales hasta maltratos.