El círculo más íntimo de Angeles Rawson eligió el silencio y el refugio familiar para procesar el duelo. Desde que fue detenido el portero, la familia materna, sus hermanos y hasta su propia madre dejaron que la Justicia actuara sin ejercer ningún tipo de reclamo ni presión.
A poco de cumplirse el primer mes del crimen, el tío de la joven explicó por qué decidieron escapar de los medios: “Nosotros somos una familia de muy bajo perfil y no queremos hablar con los medios ni andar figurando”.
Ramiro Aduriz es el hermano de María Elena, la mamá de Angeles, y empleador de ella y su hijo Juan Cruz en “M & A” Fumigaciones, una empresa que tiene sede en el partido de San Isidro. Aduriz estuvo con ellos desde el minuto cero.
La noche de la desaparición recorrió el barrio de Palermo con su camioneta y hasta buscó alguna pista de la chica en el Hospital Fernández, donde entendió que su sobrina podría encontrarse en caso de haber sufrido un accidente o una descompensación en la vía pública.
PERFIL habló con él en la puerta de su casa de San Isidro. Lo primero que dijo fue que “los periodistas deberían ocuparse de otros temas más importantes”. ¿Cómo cuáles? “Uno de ellos es la tragedia del tren de Castelar, que pasó totalmente inadvertida. Y otro es averiguar el paradero de las chicas que desaparecen a diario”.
Sobre el impacto que significó el asesinato de Angeles en el seno familiar explicó: “La oración es lo que nos da fuerza a todos. Nosotros rezamos todos los días y hacemos retiros espirituales. Somos personas muy creyentes. Me refugio en la fe”.
Consultado acerca del avance de la investigación y el procesamiento que dictó el juez Javier Ríos contra Mangeri, aseguró que no cree “en la justicia de los hombres”. “Creo en la justicia divina. En esta vida estamos de paso, pero Dios ya se encargará de todo esto”, aseveró.“A mí no me importa saber si fue éste o el otro, el dolor no lo saca nadie, a mi sobrina nadie la devuelve. Les pido por favor que nos dejen en paz”, pidió.
Las palabras de Aduriz resumen el sentimiento que invade a la familia e incluso siguen la línea de la mamá de Angeles, quien en su única declaración envió “un mensaje de paz” a la sociedad. María Elena, conocida como “Jimena”, aseguró no estar “enojada” por el triste final de su hija. “Ningún ser humano es menos importante que el peor acto que haya realizado. Quiero agradecerles a todos lo que hicieron para que la encontráramos. Estoy en paz. Somos muy unidos”, dijo el miércoles 12 de junio, en una improvisada conferencia de prensa.
Por su parte, Franklin Rawson, ex esposo de María Elena y padre de la chica, no tuvo un discurso tan místico en su última aparición. “No sospecho ni dejo de sospechar de nadie, pero espero que se llegue al fondo de la verdad”, reclamó la semana pasada, poco después de ampliar su declaración testimonial.
Franklin también adoptó una postura distinta respecto al proceso judicial: es el único familiar directo que acciona como querellante en la causa que investiga el crimen de Angeles.
Destino incierto. El paradero de los familiares que vivían con Angeles es un verdadero misterio. Si bien María Elena Aduriz asentó como domicilio de referencia la casa de su otro hermano, que vive en un barrio privado de Beccar, nadie pudo asegurar que ella, sus hijos y el padrastro se encuentren allí.
Sólo una mujer que trabaja como doméstica en una casa dijo a PERFIL que hace una semana se cruzó con Sergio Opatowski.
Lo que se sabe es que la mamá de “Mumi” y dos de sus hijos pidieron licencia en sus respectivos trabajos. Jerónimo trabaja como cajero en el Banco Galicia de Córdoba al 600 y María Elena y Juan Cruz colaboran en la empresa “M & A”, propiedad de Ramiro Aduriz, el mismo que reveló que la familia “reza” y hace “retiros espirituales”.
Estrategias para beneficiar al portero
Mañana vence el plazo para apelar la prisión preventiva de Jorge Mangeri, el único imputado por el crimen de Angeles. Los abogados Miguel Angel Pierri y Marcelo Biondi tomarán dos caminos para aliviar la situación del portero acusado por homicidio agravado por alevosía.
Por un lado apelarán la decisión del juez Javier Ríos con nulidad del procesamiento y por el otro, pedirán la nulidad de la causa por supuestos vicios cometidos en la instrucción, cuestión que generará un incidente en el expediente y dilatará el proceso.
Durante dos semanas, los abogados delinearon la estrategia para desmantelar la acusación. En primer lugar, trabajaron en la nulidad de la autoincriminación de Mangeri en la que se “vulneraron las garantías y derechos de su defendido”, según cree Biondi.
El portero ingresó a la fiscalía como testigo y salió detenido con el rostro descubierto. El lunes pasado, el imputado se negó a declarar, pero denunció que “fue amenazado por un vehículo cerca de su casa, en el que le decían que ‘sabía bien lo que tenía que declarar’ y que se sintió hostigado y apretado por la policía”.
La cadena de custodia del material genético recolectado del cuerpo de Angeles también será materia de crítica. Para Pierri “no se cumplió el protocolo de seguridad”.
El ADN del portero fue hallado debajo de las uñas de la víctima, una prueba que lo deja contra las cuerdas. La defensa cree que las muestras pueden haberse contaminado y apuntan a los hisopados.
Otro punto en duda es el resguardo de los anillos de la menor. Cuando el cuerpo apareció en la Ceamse de José León Suárez, llevaba cuatro anillos, pero en la morgue se extrajeron tres. El detalle fue notado por el abogado querellante Pablo Lanusse, pero finalmente se supo que el cuarto había sido entregado al padre de Angeles, en la cochería que hizo el servicio fúnebre.
La pérdida momentánea de la evidencia, puede resultar argumento válido a favor del acusado. La figura de alevosía también puede ser discutida.Por último, intentarán desacreditar el testimonio de la mucama, que aseguró que la víctima nunca entró a su casa.