La Justicia continúa reconstruyendo en qué circunstancias ocurrió el triple crimen de Florencio Varela, donde fueron asesinadas Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15). En ese contexto, la causa sumó un dato clave: el principal sospechoso, conocido como "Pequeño J", se reunió con una de las víctimas días antes de los asesinatos.
Una cámara de seguridad captó que el 6 de septiembre Tony Janzen Valverde Victoriano, detenido e imputado en Perú, y Lara Gutiérrez, la adolescente de 15 años, se encontraron en un local de comida rápida en la zona del Bajo Flores, en la Ciudad de Buenos Aires. La imagen correponde a dos semanas antes del triple femicidio narco, y junto a ellos había otras dos personas más, un hombre y una mujer.
El dato fue confirmado por el fiscal que lleva la causa, Adrián Arribas, titular de la UFI de Homicidios de La Matanza. Además, afirmó ante la prensa que se aglutinó en la entrada de la sede judicial que tras la apertura de celulares de los acusados, cree que hay más implicados en el caso y anticipó que se realizarán nuevos allanamientos.
"Creemos que hay entre tres o cuatro personas más por lo menos y en las próximas horas habrá más allanamientos. Esta semana habrá más testimoniales en la sede la Fiscalía", agregó el representante del Ministerio Público Fiscal, al mismo tiempo que detalló que se está buscando individualizarlas de acuerdo a los datos que se desprenden de los mensajes de audio que están siendo analizados.
Con respecto a la imagen, que ya se encuentra incluida en la causa, demuestra que el sindicado como autor intelectual de la masacre y presunto líder de la banda narco que operaría desde la Villa 1-11-14 y la Villa Zavaleta se conocía con una de las víctimas.

Esta información refuerza la hipótesis de que los crímenes están ligados a un robo posterior (que podría haber sido de droga o dinero). En el video que obtuvo la cámara de vigilancia estaría otro de los implicados -uno de los tres prófugos identificados por los investigadores-.
Además, un testigo declaró que "Pequeño J" y Lara ya se conocían desde antes porque los había visto interactuar en una fiesta. Otra persona contó que, al parecer, en los días previos a las muertes perpetradas en la vivienda de Villa Vatteone, Lara fue invitada a comer a un local de comida rápida por "un ciudadano peruano". A ese lugar la acompañó Morena Verdi, amiga y otra de las tres chicas asesinadas.

Entre los testimonios recolectados por el fiscal, figura que en esa cena les habrían hecho regalos, como un perfume y un oso de peluche, y que "no les habrían tocado ni un pelo". El último contacto que tuvo la adolescente con "Pequeño J" o con una persona cercana a su círculo de confianza fue el viernes 19 de septiembre, cuando la llamaron para coordinar que fueran a una supuesta fiesta.
Las claves del caso y los detenidos
Aquel viernes 19 de septiembre, Lara, Morena y su prima, Brenda, se subieron a una camioneta Chevrolet Tracker blanca que las pasó a buscar por la rotonda de la localidad de La Tablada. Las jóvenes pensaban que las iban a llevar al evento en el barrio porteño de Flores, pero las trasladaron hasta la casa ubicada en Varela, donde las torturaron y mataron.
La principal teoría del triple crimen apunta a que una de las chicas se habría quedado con algo que le pertenecía a la banda que lideradaba "Pequeño J", que luego ordenó sus asesinatos -filmados y transmitidos por una red social- como "disciplinamientos". Entre uno de los nuevos sospechosos que aparecen está el "Gordo" Dylan, que sería pareja de una de ellas y que estaba vinculado al imputado de 20 años.
El martes 30 de septiembre fueron detenidos Valverde Victoriano y su mano derecha, Matías Ozorio, en la ciudad de Lima. Su ladero, que habría estado en la vivienda donde se encontraron los tres cuerpos mutilados, fue trasladado al país y se negó a declarar frente al fiscal Arribas. El supuesto autor intelectual de los crímenes, en tanto, será sometido a un juicio de extradición que podría durar varios meses.
Antes, el 24 de ese mes, la Policía Bonaerense arrestó a Maximiliano Andrés Parra e Iara Daniela Ibarra, dos adolescentes que limpiaban manchas de sangre en la "casa del horror", y a Celeste González Guerrero (28) y su pareja, Miguel Ángel Villanueva Silva (25), quienes alquilaban el lugar y se creen que tenían relación con la agrupación criminal.
En los días siguientes, los efectivos avanzaron con la detención de otras tres personas: Ariel Giménez (29), señalado como el responsable de cavar en el patio la fosa donde se buscó ocultar los cadáveres; y Víctor Sotacuro (41) y su sobrina, Florencia Ibáñez (30), a quienes se acusa de estar a bordo de un auto Volkswagen Fox que habría funcionado como "apoyo" a la Tracker blanca.
Fuentes cercanas a la investigación estiman que se habrían utilizado otro dos vehículos para ejecutar el plan de la masacre, en el que podrían estar involucradas al menos 15 personas. Entre los prófugos identificados estarían dos hombres de 39 y 45 años que serían los autores materiales de los asesinatos de las chicas.
FP/fl