El tramo final de una espectacular fuga de la cárcel de Baradero dura menos de un minuto. "¿Me ves amigo?", se interesa, algo nervioso, el conductor de una camioneta Renault Duster blanca que circula a paso de hombre por el frente de la unidad carcelaria. "Ya te ví, ya te ví, estoy saliendo", responde el "Mono", el presunto cabecilla de una banda que planificaba golpes de piratas del asfalto desde la cárcel y que ayudaba a otros detenidos a fugarse.
En la escucha telefónica, a la que tuvo acceso PERFIL, el convicto habla bajito para no llamar la atención. Es de noche, y en el sector de sanidad de la unidad penitenciaria casi todos los detenidos están durmiendo. Para escapar, el "Mono" tuvo que amenazar con un arma blanca a uno de los empleados del lugar. Ya en la calle, y cuando el plan de fuga estaba llegando a su etapa final, el detenido empieza a desesperarse. "Dale, dale, seguí hasta la tranquera", le indica a su cómplice. "Quedate ahí", grita desesperado. "Pegá marcha atrás (sic)", repite varias veces y casi sin aire.
La fuga se concretó el 19 de noviembre pasado cuando los investigadores se encontraban monitoreando las conversaciones de este detenido, ante la sospecha de que organizaba golpes desde su celda.
"El Mono" se refugió en la casa de su novia pero poco tiempo después fue detenido. Ahora está preso en la cárcel más temida de la provincia de Buenos Aires: el penal de Sierra Chica, donde hace 45 años está preso el asesino múltiple Carlos Eduardo Robledo Puch.
La causa judicial no terminó con la captura de uno de los supuestos cabecillas. En las últimas horas, la jueza de Garantías Nº6 de La Matanza, Carina Andrijasevich, ordenó 18 allanamientos más.
En total fueron imputadas nueve personas, entre ellas dos internos de las cárceles de Lomas de Zamora y Florencio Varela: Héctor Ramírez López, de 37 años, y Lisandro Coronel, de 28.
Asimismo, la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio de Justicia inició investigaciones para evaluar si hubo algún tipo de connivencia o negligencia por parte del personal del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
Según las fuentes, esta organización, además de cometer al menos veinte robos en la zona oeste del Gran Buenos Aires y en los partidos de Lomas de Zamora y Almirante Brown, también daba apoyo externo a presos que se escapaban de las cárceles.
“Los detenidos están involucrados en robos millonarios y de alto impacto, en comercios, viviendas (entraderas) y también vinculados a la piratería del asfalto. De hecho la semana que viene pensaban atacar una fábrica muy importante del Gran Buenos Aires”, aseguró uno de los investigadores.
