"Los policías no sirven para nada", exclamó hoy fuera de sí la madre de Ariel Domínguez, cuando llegó al lugar donde esta tarde su hijo murió por un balazo que partió de un arma policial, en una persecución a ladrones en el barrio porteño de San Telmo.
La mujer, acompañada por otro de sus hijos, gritó: "Los policías no sirven para nada, cerca de mi casa atropellaron a un chico...No sirven para nada".
En tanto, Leonardo, hermano de Ariel, afirmó también indignado que "no hay error de la policía...errores tenemos nosotros, lo de la policía es negligencia".
Domínguez, 22 años, murió hoy al recibir en la cabeza un balazo proveniente de un arma policial, cuando salía de su trabajo en el barrio porteño de San Telmo y se topó con un cabo primero de la Policía Federal que perseguía a sospechosos que habrían robado una billetera.
Según dijeron voceros policiales y algunos testigos, al policía -que fue demorado- se le cayó el arma y salió un tiro que impactó en la cabeza del muchacho que estaba cruzando la avenida Paseo Colón al 1100.
La víctima desde hacía cuatro años trabajaba en una empresa de carga y descarga en Humberto Primo y Azopardo, cerca del lugar de la tragedia.
El policía, en tanto, es un cabo primero de apellido Mendoza que presta servicio en la comisaría 44 (con asiento en Liniers) que cumplía tareas de vigilancia adicionales en el Registro Nacional de las Personas, ubicado a 30 metros del sitio donde cayó muerto el joven.
Trascendió que el imputado habría explicado en su indagatoria que salió en apoyo corriendo detrás de dos efectivos de la comisaría 14 que estaban persiguiendo a dos ladrones y, en esa corrida, se le cayó el arma.
De acuerdo a los voceros, el policía nunca sacó el arma intencionalmente sino que habría fallado la cartuchera donde guardaba la pistola reglamentaria (una Browning 9 milímetros). "El arma se salió de la cartuchera, cayó de culata y disparó un tiro que desgraciadamente dio en este muchacho", habrían dicho quienes escucharon la explicación del policía.
El cabo primero -de 40 años- quedó demorado a la espera de que se esclarezcan los hechos, mientras que por orden del Ministerio de Seguridad y del juzgado de instrucción 42, a cargo del caso, las pericias científicas para establecer cómo se generó el disparo quedaron a cargo de la Gendarmería Nacional.
Los investigadores judiciales tomaban además declaración al encargado de un quiosco y un motoquero que fueron testigos directos del hecho y habrían ratificado la versión del imputado.
El dolor familiar. Aunque la policía habló de un accidente, la familia de la víctima reclamó justicia y puso en duda la versión oficial: "No sé si lo confundieron con un chorro ono. Pero esto no fue un error. Si actuó un policía, esto fue negligencia".
"No puede ser que por un error hoy nuestra familia esté deshecha. El dolor que sentimos ahora no lo van a reparar. Queremos toda la ley encima de ese policía que no pudimos verlo", sostuvo Leonardo Domínguez, hermano del joven fallecido.
Qué pasó. Por ahora, lo único claro es que Ariel Domínguez salió de su trabajo a las 16, "contento porque se iba a la casa y planeaba festejar el día del amigo", contaron a la prensa sus compañeros de trabajo.
"Yo cruzaba unos metros más atrás. Vi a unas personas corriendo y que se disparó el arma. Cuando llegué a esta cuadra no podía creer que era Ariel, mi compañero de trabajo. Al policía enseguida lo metieron a un patrullero, y vi a tres muchachos que estaban agarrando", dijo un joven que habló con la prensa.
Una mujer que pasaba por el lugar y habló con TN puso confusión al incidente al señalar que el policía estaba dentro del patrullero cuando disparó, algo que más tarde fue desmentido por los testigos presenciales del hecho.
Y el jefe del SAME, Alberto Crescenti, precisó a TN que recibieron el llamado de emergencia a las 16.08 y la ambulancia estuvo en el lugar a las 16.16, pero Ariel ya había muerto por las graves heridas recibidas.
"El joven presentaba una herida de arma de fuego en el cráneo. No se pudo hacer nada por él -dijo el médico-. Lo que pasó en sí lo desconocemos. Ahora ya es un tema judicial".
Momentos después, Leonardo Domínguez gritó ante los medios: "Mi hermano salía de trabajar y ahora está muerto; no creo que se le haya caído el arma, porque si se le cayó el arma ¿qué clase de policía tenemos? Queremos justicia!".
Con el correr de los minutos, el joven habló más tranquilo ante la prensa y aseguró que se habían acercado hasta el lugar pensando que Ariel había tenido un accidente de tránsito, pero se encontraron con el joven muerto de un tiro en la cabeza.
"Nos enteramos de que la policía estaba persiguiendo unos 'chorros' y de rebote la bala pegó en mi hermano que tenía 22 años. La versión de la gente que estaba acá es que los estaban siguiendo y que fue una bala perdida. Pero no puede ser que por un error hoy nuestra familia está deshecha", afirmó el muchacho.
Fuente: DyN