Llamó desesperada a la Policía. Dijo que su marido había escuchado ruidos extraños en el fondo de su casa. Que salió a averiguar lo que pasaba con su carabina. Y que en un momento escuchó un disparo. Cuando la Policía llegó a su domicilio, en la localidad de Benito Juárez, su esposo estaba muerto.
La versión de Nélida Beatriz Burgos (52) nunca les cerró a los investigadores. La muerte de Mario Madrid (53) se produjo el domingo 6 de septiembre pasado. Desde entonces los detectives centraron su investigación en la conflictiva relación que mantenía la pareja. Pero fueron los peritajes los que terminaron derribando la coartada de la mujer, y colocándola a ella en el lugar de sospechosa.
“Nos fuimos dando cuenta de que la historia que relataba no cerraba y dejaba dudas”, reconoce el subcomisario Gustavo Vialaret a El Fénix Digital, un medio local.
Según las fuentes, las pericias realizadas en el interior de la casa determinaron que había restos de sangre en una de las paredes. Y también en un colchón. Con estos datos, los pesquisas entendieron que Madrid había sido asesinado en su habitación mientras dormía. La víctima presentaba un disparo en el cuello. Los peritos creen que la mujer colocó la carabina en el cuello y le disparó sin margen de error. También sospechan que después lavó la pared y el colchón para borrar las manchas de sangre. Con las pruebas sobre la mesa, la fiscal Laura Marghetich pidió su detención. Desde el jueves pasado Nélida Burgos permanece detenida, acusada por “homicidio agravado”.