Pablo García afirmó que acompaña en el dolor a la familia de Reynaldo Rodas, el vigilador atropellado cuando circulaba en bicicleta por la autopista Panamericana, por el auto que conducía el joven locutor.
“Sigo y seguiré acompañando el dolor de la familia Rodas, y el mío propio, por el fatal desenlace del accidente que protagonizamos junto a Reynaldo”, relató García en un comunicado escrito por él mismo y enviado a los medios desde su casilla de correo electrónico.
“Vivo y viviré con un intenso sufrimiento desde aquel 17 de febrero, dolor que me acompañará el resto de mis días. Renuevo mi compromiso de ponerme a disposición de la familia Rodas para cuanto pueda”, añadió el joven en el texto.
“Pero el dolor va por un lado y las responsabilidades por otro. El tormento de la familia y el mío sólo lo conocen nuestros corazones. Las responsabilidades las dictaminará la Justicia”, agregó.
El locutor explicó que estas palabras son sus “más sinceros sentimientos y que si no lo hice antes fue porque no estaba preparado. ¿Es criticable? Sí. ¿Es comprensible? Creo que también”.
García aclaró que las declaraciones que realizó a algunos medios que lo interceptaron el día miércoles en la puerta de su domicilio, salieron de esa forma porque “es difícil, casi imposible, mostrar lo que uno siente ante movileros que más que preguntar lo que hacen es juzgar, increpar y dar por cierta información que es por lo menos incorrecta”, respondiendo de esta manera a quienes lo tildan de “soberbio e insensible”.
Uno de los ejemplos citados por García de las afirmaciones erróneas que realizan algunos medios es la idea de “que Reynaldo iba por la banquina y que yo manejaba a alta velocidad. Dos datos que se refutan en el expediente por peritos oficiales”.
Y luego consideró: “Entiendo las parcialidades de algunos periodistas, son inherentes a la profesión, lo que sigo sin entender, salvo por ser ‘hijo de’, es el encono que hay sobre este caso en especial, cuando lamentablemente hay decenas de las mismas características por día y aún peores, ya que los que atropellan huyen abandonando a la víctima librada a su suerte.”
Asimismo, dijo que como padre de dos hijas “sufro el miedo de que se queden sin contención y sustento. Por eso puedo imaginar el pesar de Rodrigo, el hijo de Reynaldo. Lo sé también porque la madre me dijo que eran muy unidos”.
García sostuvo que es su deseo “que de una vez por todas se deje sometido al análisis de los jueces la cuestión de la responsabilidad”, tema que “por respeto a la familia Rodas y a mí mismo”, deja en manos de sus abogados.