Ocho años de cárcel por robar con un juguete

Un tribunal oral condenó a ocho años de cárcel a un joven que a dos meses de salir de la cárcel en libertad condicional habría asaltado con un revolver de juguete a un comercio de esta Capital, informaron fuentes judiciales.

La condena fue dictada por el Tribunal Oral número nueve y recayó en Maximiliano Duero, de 23 años de prisión, quien fue hallado culpable por haber asaltado el 10 de enero del año pasado un local comercial de la calle Piedras al 400, junto con un cómplice, munido de un revolver de cebitas.

Duero fue condenado a tres años por este último episodio, pero al unificársele la pena con la anterior, la sumatoria arrojó ocho años de cumplimiento efectivo, en tanto que su supuesto cómplice, Carlos Ludueña, recibió tres años de cárcel de cumplimiento condicional.

Los jueces Luis García, Fernando Ramírez y Luis Cabral entendieron que Duero y Ludueña asaltaron el comercio “con lo que parecía ser un arma de fuego”, se llevaron poco menos de 500 pesos y huyeron, pero alertados por la víctima del robo, policías que patrullaban la zona los atraparon.

Las condenas fueron aplicadas por el delito de “robo con armas”, pues si bien el revolver de cebitas no podía causar daño alguno a las víctimas, “lo relevante es que se trate de un objeto que imite o reproduzca las formas externas de alguna clase de arma de fuego, con suficiente realismo y fidelidad de modo que su observación a simple vista no pueda reconocerse su calidad de pieza de imitación, reproducción o réplica”.

El arma de juguete utilizada por los condenados “tiene características suficientemente realistas para aceptar que en las condiciones en que fue usado (exhibiéndolo fugazmente y apuntando a la cajera) pudiera ser percibido por un observador objetivo como un arma de fuego”.

Los dos imputados fueron consideraros responsables en igual proporción y, de hecho, recibieron por ese hecho la misma pena: tres años de prisión.

Pero Ludueña era “primario”, esto es que no tenía antecedentes, por lo que la pena fue dejada en suspenso, ya que –consideraron los jueces- lo contrario “implicaría introducirlo en un medio carcelario entre adultos, sobre el que no tiene experiencia y del que solo cabría esperar efectos desocializantes sin beneficio aparente”.

Fuente: DYN