La ministra de Seguridad le dijo a Télam que "como mínimo existió negligencia" por parte del policía al que ayer se le disparó su arma reglamentaria y mató a un joven cuando se dirigía a la parada de un colectivo, en el barrio porteño de San Telmo. Y afirmó que desde Gendarmería "habrá la máxima celeridad posible" para investigar el hecho.
En tanto, el cabo primero de la Policía Federal Ariel Marcelo Mendoza (37) permanecía esta tarde bajo custodia de Gendarmería Nacional en el Edificio Centinela y se especula con que recién mañana será indagado por la jueza de instrucción María Gabriela Lanza, acusado del delito de "homicidio".
En declaraciones a Télam, Garré dijo que el cabo primero Mendoza "ya fue pasado a disponibilidad preventiva" y está a disposición de la Justicia "acusado de un delito muy grave, como lo es el homicidio".
La ministra explicó que el policía "no ha tenido la debida diligencia que supone que tenía que tener con respecto al arma, por ejemplo el seguro puesto", y agregó que "se tomarán las medidas más severas si hubiera algún tipo de dolo o negligencia por parte del cabo Mendoza en el hecho".
Además, señaló que los peritos de Gendarmería Nacional "trabajarán con la máxima celeridad posible desde el punto investigativo" para que se pueda esclarecer la responsabilidad que le cabe al policía.
En tanto, la ministra se excusó de dar a conocer detalles sobre los peritajes realizados hasta el momento respecto al hecho, principalmente el Dermotest que se le practicó al policía en su mano y en su pechera para poder establecer si tenía restos de pólvora, y el planimétrico, que podría establecer cuál fue la trayectoria de la bala que mató al muchacho.
"En principio, el peritaje balístico demostraría que la trayectoria de la bala fue de abajo hacia arriba, pero de todas formas queremos esperar el resultado final", dijo Garré.
Por otra parte, la ministra resaltó que "es muy poco común que pueda darse que se dispare el arma a un policía porque se le cae al piso" y que envió al subsecretario de Delitos Complejos del Ministerio, Miguel Robles, para supervisar todos los peritajes que realicen en el marco de la causa.
Los investigadores aseguraron que la pistola marca Bersa Thunder calibre 9 milímetros que portaba el cabo primero presenta dos golpes en el martillo y en el alza de la mira.
De todas formas, los peritos de Gendarmería anticiparon de manera preliminar que "en condiciones normales, esos dos golpes no alcanzan para producir el disparo".
En tanto, la jueza Lanz aguardará posiblemente hasta mañana para indagar al policía Mendoza, ya que aguarda recibir los resultados de los peritajes ordenados a Gendarmería.
Esta mañana, hermanos de Domínguez dijeron a la prensa que no creen en la versión policial de que el arma se le disparó al policía cuando se le cayó al piso y reclamaron Justicia para Ariel.
"Demostraron que el arma no se dispara al caer, las hipótesis son que disparó con el dedo en el gatillo o que disparó confundiéndolo. De un modo u otro, el cabo tiene que pagar por homicidio, porque es homicidio", dijo Leonardo Domínguez.
La primera hipótesis policial señaló que mientras el efectivo corría, trastabilló, cayó al piso y en ese momento se le escapó un tiro que impactó en la cabeza de Domínguez, quien casualmente caminaba por el lugar y se dirigía a la parada de un colectivo para regresar a su casa.
Otra línea investigativa apunta a que el arma reglamentaria, una pistola calibre 9 milímetros, se le salió de la funda y se le cayó al piso.
La víctima residía junto a sus padres y hermanos en la localidad bonaerense de Villa Domínico, partido de Avellaneda.