El caso del parricidio en Pilar, donde dos hermanastros habrían asesinado a sus padres, genera un interrogante básico: ¿Cómo es la mente de una persona capaz de matar a sus propios padres?
“Los casos de parricidio se dan, la mayor cantidad de las veces por enfermedades mentales graves como la esquizofrenia, pero eso tiene antecedentes y no es difícil de diagnosticar. Otras veces ocurre cuando hay un sistema de crueldad entre los padres y uno de los hijos comete el crimen para defender a una de las partes. Como tercera opción, surge cuando hay un exceso de crueldad de parte del padre a sus hijos, y este parecería ser el factor en este caso”, explicó Hugo Marietan, médico psiquiatra especialista en psicópatas en diálogo con Perfil.com.
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El especialista sostiene que “hay otro elemento a tener en cuenta, que es lo que se hicieron con el cuerpo. Hay plena conciencia de eliminar a los padres, y esta la intención de desligarse del hecho. A su vez, desmembrar los cuerpos requiere de algo especial en la personalidad, con el plus de que se trata de sus padres”.
En base a la información obtenida al momento, el psiquiatra sostuvo que el parricidio en este caso surge por “varios antecedentes previos”. “Creo que acá ocurrió por una acumulación de hechos, algo procesado por mucho tiempo y no por una explosión de violencia. Este hecho parece haber estado jugando en la cabeza de los asesinos por mucho tiempo hasta que algo hizo que eso rebalsara”, consideró.
“El muerto del cuerpo siempre genera temor. Acá eso esta superado y encima se acciona sobre el mismo para cortarlo en pedazos”, explicó Marietan y disparó: “Puede tratarse de la mente de un psicópata”.
Ezquizofrenia y adicciones. El perfil de un parricida con mayor frecuencia habla de adultos en los que existe una alta prevalencia de patología psiquiátrica, en especial esquizofrenia y consumo de drogas o alcohol, donde por lo general, suelen ser un varón joven, soltero, desempleado y que vive con la víctima.
Un segundo tipo de perfil habla de adolescentes con diferentes situaciones psicosociales: un niño gravemente maltratado, un niño con una enfermedad mental grave –como psicosis o retardo mental– o un joven peligrosamente antisocial.
Entre sus características, las personas con tendencia a cometer parricidios suelen ser controladores, no experimentan ningún tipo de arrepentimiento, no tienen principios morales, poseen irresponsabilidad social y desconsideración por los derechos de los demás.
A su vez, suelen tener problemas para ajustarse a las normas y no son autocríticos. Sus conductas tienden a ser violentas y son emocionalmente fríos. “Lo que se hicieron en este caso con el cuerpo, es algo que hace una mente especial. Cualquiera se hubiera horrorizado después de matarlo. Acá hay frialdad”, explicó el especialista.
Por su parte, la víctimas del parricidio a menudo son padres rígidos, con tendencia a ser controladores y que ejercen violencia física y psicológica. Se destaca también que suelen ser padres que humillan a sus hijos y los castigan constantemente o bien que tienen algún problema psiquiátrico, que no ejercen su autoridad y con falta de empatía con los hijos.
“Aca pudo haber un padre cruel que haya caldeado los ánimos de tal manera que la solución era matarlos. Ellos no optaron por escaparse, se quedaron ahí”, concluyó Marietan.
(*) De la redacción de Perfil.com | Twitter: @hernangsoto
