Cuatro ex policías fueron condenados hoy a prisión perpetua por asesinar a golpes a Diego Gallardo, de 20 años, en un episodio ocurrido en enero del 2005 en la comisaría de Dock Sud, donde la víctima estaba detenida y los imputados prestaban servicio, informaron fuentes de la querella.
Los condenados son los ex policías Rubén Gómez, Julio Silva, Marcelo Fiordomo y Hernán Gnopko, a quienes el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número 1 de Lomas de Zamora consideró autores del delito de "homicidio calificado" en perjuicio de Gallardo.
La lectura del veredicto se llevó a cabo esta mañana desde las 9:00 en el edificio judicial ubicado en Camino Negro y Larroque, de Banfiled, y estuvo a cargo de los jueces Guillermo Rolón, Fernando Bueno y Rodolfo Lanza.
María del Carmen Verdú, abogada de la querella, dijo que el tribunal condenó a los cuatro imputados por el delito de "homicidio calificado" tal como había solicitado el fiscal de juicio Jorge Michelini, y no por "torturas seguidas de muerte" como había pedido ella en su alegato.
Los condenados también estaban acusados de "severidades reiteradas" por los golpes aplicados a los siete compañeros de celda de Gallardo, mientras que a Gnopko también lo imputaron de "falsificación de documento público" por el certificado médico que dejaba constancia que la víctima estaba en buen estado de salud.
Paliza mortal. El hecho ocurrió el 10 de enero de 2005, cuando Diego Gallardo estaba detenido en la comisaría de Dock Sud, donde los policías descubrieron un túnel que realizaban ochos presos para escapar de uno de los calabozos.
Según la pesquisa judicial, los detenidos fueron brutalmente golpeados con palos por los policías y horas después, reubicados en otras dependencias, aunque antes se labró un informe médico aparentemente falso, en el que se dejaba constancia de que todos ellos estaban en buen estado físico.
Al día siguiente, Gallardo comenzó a sentirse mal en su nuevo lugar de alojamiento -la comisaría primera de Avellaneda- y murió más tarde cuando fue llevado al hospital Fiorito.
Fuente: Télam