Quedó paralítico en un robo y la Justicia le pide "paciencia"

La historia de Juan Pablo Morán, de 33 años, conmocionó al país el 23 de julio de 2009. Desconocidos siguieron su auto cuando salía del trabajo y le dispararon un total de cuatro tiros. Una de las balas, que ingresó por la ventanilla trasera, perforó su omóplato, resintió su médula y lo dejó paralítico.

Desde entonces, la vida de Morán cambió para siempre: debió soportar seis meses de internación (tres en el Sanatorio Mater Dei, tres en el Instituto FLENI de Escobar) y aunque el Gobierno bonaerense habilitó una recompensa de 70 mil pesos para dar con los responsables del ataque, nunca hubo detenidos.

"Pudo haber sido una banda de principiantes o porque estaban borrachos, drogados o por diversión. El agujero de la bala me dejó el omóplato por la mitad, sobreviví de casualidad", relata Morán a Perfil.com a tres años del hecho, caratulado como intento de homicidio en ocasión de robo.

"Lo que me pide la Justicia es que tenga paciencia. Hubo causas que se resolvieron a los 9 años, que espere y no desespere, como si no siguieran lastimando gente. Yo no soy el único lastimado: lastimaron a toda mi familia", asegura Morán. "Necesitamos políticas de seguridad que nos cuiden".

Hasta julio de 2009 fue subgerente de Sodimac, un supermercado para la construcción ubicado en la localidad de Villa Tesei, partido de Hurlingham, al que pudo volver un año después del ataque: "La bala que me entró por el omóplato pinchó pulmón, pegó en las costillas y se alojó en las vértebras hasta (llegar a) la médula. La fuerza de la bala y el calor hace que la médula quede sin conexión. Desde el pecho hasta la altura de las tetillas no siento nada”, recuerda Morán que permanece en silla de ruedas.

"Ahora estoy viviendo con mi mujer, con la que había empezado a salir tres meses antes", dice sobre su actualidad. La investigación sobre el hecho recayó en la fiscalía número 7, a cargo de Matías Rapazzo, y no tiene ningún detenido.