Un hombre va a buscar el auto que había dejado estacionado en Flores y ya no está. A otro le pasó lo mismo en Caballito. En 2015, fueron muchas las personas que pasaron por esta situación, ya que fueron robados más de mil vehículos por mes en Capital Federal, según estadísticas de la Dirección de Análisis Criminal y Planificación Estratégica (DAC). Es decir que cada media hora desapareció un auto o una moto en la Ciudad.
El total de automotores robados el año pasado fue de 13.600 (mientras que en 2014 alcanzó los 15.217). Si se divide por mes, se denunció el faltante de más de mil vehículos en Capital. El pico se registró en marzo, con 1.244 casos, y febrero se ubicó en el otro extremo de la tabla, con 1.013 hechos.
Estas cifras surgen de una recopilación de datos realizada por la DAC, a cargo del fiscal Diego García Yomha (bajo la órbita del Ministerio Público Fiscal), sobre robos de automotores en los que no se encuentra identificado el autor (NN), lo que representa más del 60% de los casos que ingresan al sistema judicial de la Ciudad. Estos datos se cargan en un software que permite analizar los delitos por barrios, días, horarios y hasta calles en los que se produjeron. El objetivo del organismo es valerse del programa para “visualizar tendencias delictivas”, grafica a PERFIL el fiscal Yomha, para luego “trabajar en forma integral el abordaje de los fenómenos que los componen” y así disminuir estos delitos.
“Desde la Dirección se pretende lograr la coordinación y participación de los actores estatales y no estatales para trabajar en acciones comunes desde la prevención, disuasión o persecución penal de los delitos”, detalla el fiscal Yomha.
Modalidad. El robo automotor está compuesto por dos submodalidades: robo con armas o hurto en la vía pública. En el primer caso se da con presencia del dueño del vehículo y los delincuentes utilizan la violencia para lograr el objetivo. En el otro, el ataque se produce en ausencia de la víctima.
El viernes fue el día en que más robos se registraron en todo 2015. Lo mismo pasó en 2014. Según la DAC, faltaron de las calles porteñas al menos 2.154 vehículos. Los fines de semana también fueron días calientes: 1.971 casos los sábados y 1.948 los domingos. En la antítesis se encuentra el martes, con 1.848 casos.
Barrio por barrio. Por locación, Flores fue el barrio porteño que registró más casos en esta modalidad, alcanzando los 843 hechos. El podio lo completan Lugano y Caballito. “Uno de los aspectos esenciales que tiene la visualización de la problemática es nutrirnos de las circunstancias de modo, tiempo y lugar de la ocurrencia de determinados delitos”, explica Yomha. Y agrega: “Luego se profundizan otros aspectos, que son los que nos dan la pauta de que cada uno de ellos se inserta en un universo mayor, en un fenómeno que presenta regularidades y que puede presentar la estructura de un mercado ilegal con una multiplicidad de actores”.
El fiscal Yomha también se refirió al circuito ilegal de las autopartes: “Son aquellos donde se consumen productos respecto de los cuales el mercado legal no puede –por falta de stock, por diferencias de precios, etc.– satisfacer la demanda. Detrás de todo delito hay una conflictividad social subyacente, a la que debemos prestar atención para comprender el fenómeno y tomar decisiones de política criminal que tiendan a reducir los aspectos violentos y que mayor daño causan socialmente”.
‘Robarruedas’ no descansan
El año pasado fueron robados más de cinco mil neumáticos en Capital Federal. Los barrios donde se registraron más casos fueron Flores y Palermo. El robo de neumáticos tendría una estrecha relación con su comercialización en el mercado ilegal, según un informe preparado por la DAC con el fin de estudiar la problemática y encontrar posibles soluciones para reducir su accionar.
Enero fue el mes en el que se registraron más casos: 576, mientras que mayo fue el que tuvo menos registros, con 383 de los 5.700 que representan el total de 2015. Pero con respecto a 2014 se produjo un descenso del 21%, ya que en 2014 se denunciaron 7.242 robos de neumáticos. “Una hipótesis indica que estos robos no serían para propio consumo del autor del hecho, sino que el objetivo es colocarlos en mercados informales, desprovistos de regulaciones”.
