La Justicia bonaerense demoró casi cuatro años en detener a un policía por la desaparición de Luciano Arruga en Lomas del Mirador (La Matanza) el 31 de enero de 2009. El inédito arresto se impulsó desde la gobernación provincial apenas 12 días después que Horacio Verbitsky, abogados y familiares del joven pidieran respuestas "concretas" a Daniel Scioli.
El oficial Julio Diego Torales estaba acusado de "torturas y malos tratos" al adolescente de 16 años en la Comisaría 2º de Laferrere cuando fue detenido en setiembre de 2008, cuatro meses antes que Arruga fuera visto por última vez, ensagrentado, en el Destacamento de Lomas del Mirador.
Torales fue detenido por orden del personal de Asuntos Internos del Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense, cartera que dispuso además su pase a disponibilidad. Según pudo saber Perfil.com,el oficial fue indagado esta misma tarde por los fiscales.
La detención de Torales fue pedido el viernes por el juez de La Matanza Gustavo Banco e instrumentada hoy por los fiscales Carlos Arribas y Celia Cejas, a cargo de la UFI de Homicidios Dolosos y Averiguación de Causales de Muerte. Arribas y Cejas también habían sido fuertemente cuestionados por "inacción" en la rueda de prensa que encabezó el ex director de Página 12 en el CELS.
De hecho, la primera fiscal de la causa, Roxana Castelli, fue denunciada ante el Consejo de la Magistratura provincial y podría ir a un jury de destitución por asignarle la investigación a la propia policía bonaerense y por entorpecer la pesquisa durante los primeros 40 días.
Como respuesta a los reclamo de los familiares, desde Asuntos Internos de la cartera de Casal se indicó que la causa posee "todo el apoyo del gobernador Daniel Scioli y el ministro Ricardo Casal para ser inflexibles frente a este tipo de casos".
Scioli recibió en La Plata por primera vez a la familia de Arruga en agosto de 2012 luego de numerosos pedidos de la hermana de Luciano, Vanesa Orieta. El gobernador prometió comprometerse en la causa y luego que Horacio Verbitsky denunciara "complicidad policial, judicial y política", Scioli actuó esta vez con mayor celeridad.
En diálogo con este portal, la coordinadora del cuerpo de abogados del CELS en la causa, Paula Litvachsky, consideró que la detención "es consecuencia directa de la rueda de prensa y los reclamos de los familiares", aunque recordó que "el caso fue invisibilizado por la Provincia durante mucho tiempo y evidentemente cambió alguna decisión de avanzar". "Lo vemos como un avance, sí, pero requiere de un compromiso político”, apuntó.
Aquella noche de setiembre de 2008, Orieta acudió a la Comisaría 2º de Laferrere y escuchó que los policías le gritaban a su hermano: "Te vamos a llevar a la octava para que te violen, o terminás en un zanjón". La situación fue desesperante. Según contaron los familiares a Perfil.com en enero de 2012, Luciano se negaba a ser "pibe chorro". "Le ofrecían pistola, auto, todo, pero él se negaba", recordó en aquel momento Vanesa.
Los golpes que le aplicaron en esa oportunidad al joven fueron constatados por médicos del hospital de San Justo y desde entonces fue interceptado varias veces en la calle por la policía de La Matanza. Hasta que la noche del 31 de enero de 2009, y a pocas cuadras de su casa, policías de civil lo habrían "levantado" y nunca se supo más de él.
La primera detención se registra en una causa caratulada "severidades y vejaciones", cuyo expediente posee solo nueve meses. En la causa principal hay ocho policías sospechados de perpetrar la desaparición de Luciano Arruga, pero todo ellos siguen prestando servicios en la Bonaerense.