El doble crimen del histórico líder de la barrabrava de Rosario Central, Andrés 'Pillín' Bracamonte, y uno de sus hombres más cercanos, Daniel "Rana" Attardo, ocurrido en noviembre de 2024, podría generar "una escalada de violencia muy grande". Así lo afirmó el diputado provincial santafesino Carlos del Frade al referirse al hecho vinculado a un ajuste de cuentas narco y versiones que dicen que se buscaba desplazarlo del control del paravalanchas canalla.
Los asesinatos tuvieron lugar en la esquina del Boulevard Avellaneda y Del Valle Ibarlucea, en las inmediaciones del Estadio Gigante de Arroyito. Bracamonte había salido de la cancha luego de un partido entre Central y San Lorenzo, estaba en una camioneta Chevrolet junto a Attardo y ambos fueron atacados a balazos por desconocidos. Según la autopsia, cada uno recibió cinco disparos a muy corta distancia.
Rápidamente se apuntó a los cabecillas de "La Banda de los Menores", un grupo narco criminal que emergió hace poco tiempo debido al debilitamiento de "Los Monos", cuyos líderes -Los Canteros- están presos hace años. Su referente es Matías Gazzani, uno de los prófugos más buscados del país, y la organización lleva ese nombre por la baja edad de sus integrantes -algunos de ellos, menores de 18 años-.
Para del Frade, que además de legislador es periodista de investigación, en el crimen de "Pillín" se debe investigar presuntas responsabilidades policiales por una hipotética zona liberada: "Hay algunas particularidades que hay que aclarar. Se habla de que justo hubo un corte de luz donde lo terminan fusilando y que no había ningún tipo de patrullero cerca", agregó.

Además, precisó en diálogo con Infobae que Bracamonte fue "el único jefe barrabrava en Argentina y en América Latina, que durante 30 años mantuvo el liderazgo de una barra grande de un club de fútbol de Primera División". En esa línea, puntualizó: "Y era uno de los líderes de una de las principales bandas narco-policiales barriales desde el 2012 en adelante".
El integrante del Frente Social y Popular de Santa Fe analizó el fenómeno narco en Argentina y explicó que el vínculo con el fútbol comenzó a mediados de la década del noventa, cuando el país empezó a "ser una plataforma de exportación” de estupefacientes. También relató estar seguro de que la mayoría de los clubes "en sus barras tiene gente vinculada con el narcotráfico".
El crimen de "Pillín" Bracamonte y la banda de Los Menores
Del Frade comparó la situación del asesinato del capo de la barra de Central con lo ocurrido tras la muerte de Claudio "El Pájaro" Cantero, mítico líder de "Los Monos", asesinado a tiros en 2013 en la puerta de un boliche de Villa Gobernador Gálvez. Desde ese momento, comenzó a registrarse un recrudecimiento de la violencia en el entramado del crimen organizado.
Según los especialistas, la violencia en Rosario porque se usa como una especie de "modelo de negocios" que ha permitido interactuar en el territorio a grupos pequeños, con una capacidad operativa baja pero con gran poder de daño. Más cercano en el tiempo, a los miembros de la "Banda de Los Menores" se los investiga por balaceras, homicidios y delitos federales relacionados a la venta de estupefacientes.

El sospechoso que lidera a esta agrupación es el narco más buscado por el Gobierno de Santa Fe, por el cual se ofrecen 70 millones de pesos como recompensa por cualquier dato que pueda llevar a su detención. Tiene doble pedido de captura, de la Justicia provincial por presunto jefe de una asociación ilícita, y de la Justicia federal por narcotráfico.
La gestión del gobernador Maximiliano Pullaro ofreció 25 millones de pesos por datos que conduzcan al paradero de Fernando Sebastián Vázquez, por su posible participación en el doble crimen de Bracamonte y Attardo. Su hermano, Alejandro Vázquez, ya fue acusado en marzo junto con Alejandro "Cani" Zamudio –todos ellos cercanos a Gazzani– de haber realizado la logística para perpetrar los asesinatos de los barras de Central.
Casos como estos abonan al temor de que el escenario criminal de Rosario, que cambió en los últimos años, vuelva a reproducir un escenario de violencia desmedida. Aunque con el tiempo descendieron la cantidad de homicidios, el tráfico de drogas creció con otras modalidades.
FP/ff