Irma. Ese es el nombre de la mujer de 70 años que, desde su casa de Ramos Mejía, habría logrado burlar los controles de sistemas de la Embajada de Estados Unidos al fraguar identidades y perfiles socio-económicos de personas que deseaban ingresar al país del norte, pero no calificaban para la obtención de la visa. La mujer, que disimulaba su actividad con una agencia de turismo, sería la cabecilla de una banda que lograba saltar las trabas burocráticas armando perfiles falsos. Con la misma mecánica, Irma habría fraguado más de cien solicitudes. Cobraba 500 dólares.
Este jueves, agentes de la Policía Metropolitana allanaron su casa de la avenida Belgrano al 2600, de esa localidad del oeste del Conurbano. Allí incautaron “una gran cantidad de documentación que se relaciona con el armado de carpetas y perfiles de más de un centenar de personas. Se secuestraron certificados de constancia de trabajo en blanco, hojas con sellos de hospitales públicos, contratos de locación en blanco, doce pasaportes argentinos y de otros países. También secuestraron una computadora y celulares”, indicaron fuentes de la investigación a PERFIL. Creen que Irma, quien está bajo arresto domiciliario, lideraba la organización que operaba “con el apoyo o colaboración de otros integrantes, los cuales facilitaban los certificados, sellos y documentación propia del trámite de visas”.
Al mismo tiempo, allanaron otros dos domicilios, uno de ellos en busca de un camerunense que actuaría como cómplice, pero que no se encuentra en el país. Este hombre ofrecía a través de internet el “servicio de gestoría”. “Quienes pagaron a estas personas para conseguir la visa son argentinos, muchos del interior del país y algunos extranjeros”, detalló un investigador. “Argentina no es un país de riesgo para Estados Unidos, los que solicitan la visa lo hacen para viajar en plan de vacaciones y vuelven. Es probable que la intención de las personas que pagaron por esta maniobra era quedarse a vivir allá, saltando los controles. Pero también encontramos el caso de estudiantes que querían ir a estudiar, pero no consiguieron la visa para ese motivo y también pagaron a Irma”, contó una fuente del caso.
La investigación comenzó hace unos seis meses cuando funcionarios de la Embajada notaron irregularidades en algunas solicitudes de visas, un trámite cuyo primer paso se ejecuta en un sitio web del Departamento de Estado de Estados Unidos mediante una aplicación electrónica del Consulado. Luego de llenar el formulario, los solicitantes se presentan en una entrevista personal en el edificio de Avenida Colombia y Sarmiento, frente al Zoológico de Buenos Aires. Al parecer, Irma creaba un perfil que se ajuste a los requisitos del formulario y, luego, conseguía los certificados truchos para que sus solicitantes se presenten en el Consulado.
“La Embajada detectó las irregularidades porque llegaban personas con constancias de ingresos de 70 mil pesos por mes que no se correspondían con su vestimenta o que ni siquiera sabían escribir y había domicilios presentados que resultaban ser baldíos”, señaló el informante.
Fuentes de la causa indicaron que los detectives del Area Especial de Investigaciones Telemáticas de la Policía Metropolitana recolectaron “varios logs (registros) de conexión desde los cuales las personas comenzaban con el trámite”. Del análisis de estos logs, los investigadores pudieron trazar un patrón y una localización desde donde operaban las personas que buscaban. “Estos lugares eran locutorios con computadoras ubicados en el radio de las avenidas Belgrano, Entre Ríos, Jujuy y Rivadavia”.