POLITICA
Debate Jorge Fontevecchia / Mauricio Macri

6º Round: Cuestión de modelos

En este texto el lector accede a un nuevo capítulo del debate Macri-Fontevecchia. En su respuesta a la última nota delfundador de Noticias,titulada La política posmoderna, el legislador pide que se debata sobre el modelo de país y no sobre una modelo. Para leer las anteriores instancias del debate ingrese a: Revista Noticias.

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Jelinek. En 15.900 caracteres de texto, Fontevecchia us 1.509 para hablar de la modelo. Pero Macri le achaca falta de conceptos para el debate. Qu dir Karina? | Cedoc

Su última respuesta en el debate que le propuse y que muy trabajosamente estábamos tratando de establecer (se ve que los argentinos carecemos de la gimnasia del diálogo constructivo), me ha deparado gratas sorpresas y decepciones. La primera es cómo se tomó a pecho (dicho esto sin doble sentido) mi ironía respecto de la modelo Karina Jelinek. La segunda es el descubrimiento, al menos para mí, de su enorme capacidad y su deslumbrante talento en el difícil arte de la galantería cuando confiesa que "habiendo despertado usted mi curiosidad pedí conocerla sólo, claro, para comprender mejor su proyección".

Estimado Jorge, realmente lo felicito: nunca había escuchado un argumento tan fino, sutil y sofisticado para conocer a una mujer...
La tercera sorpresa tiene que ver con una coincidencia: usted, al igual que yo, tampoco lee todos los números de la revista NOTICIAS. En efecto, usted vuelve a hacer una larga y equivocada interpretación psicológica de mi mención de la señorita J. (realmente no me animo a nombrarla por las consecuencias que podría acarrear) y se pregunta "¿por qué Karina Jelinek? ¿Que tenía ella que ver con NOTICIAS o conmigo?". Es comprensible: seguramente no leyó el número 1571 de la revista que usted mismo dirige. Puede acceder a leerla en internet en Revista Noticias. En la nota se le hace a la modelo un extenso reportaje en el que se compara con Angelina Jolie (esta última mención de mi parte, supongo que habilitará nuevos aunque más difíciles encuentros).

Realmente no puedo reprocharle el hecho de que usted no lea NOTICIAS. Sin embargo, la cuarta sorpresa, la única desagradable y decepcionante para mí, es que me parece que tampoco se tomó el trabajo de leer toda mi nota, puesto que en su respuesta solamente alude a mis dichos del primer párrafo (la breve humorada con la señorita J.), pero no a los demás aspectos que traté de desarrollar como repuesta a sus estimulantes comentarios previos. Entiendo que en esta última nota usted ha retrocedido a la agresión personal lo cual constituye un insulto gratuito no sólo a mi persona sino también a su inteligencia, después de los fructíferos artículos que habíamos intercambiado.

En efecto, al repasar esos primeros cuatro intercambios del debate, encuentro muchas ideas muy interesantes y me ha estimulado usted a reflexionar más allá de no acordar con todos sus conceptos y de estar constantemente pidiéndole que no proceda a la agresión en términos personales lo que, lamentablemente, no he logrado.

Pero en su última entrega usted primero realiza el ya referido análisis de la modelo J. para luego editorializar extensamente acerca de la política posmoderna y si yo encajo o no en ella. Puede que sea un rasgo de periodista ponerse siempre en el lugar del que pregunta, indaga, provoca y eso está muy bien. Pero un debate es otra cosa, es un intercambio entre iguales que comparten una agenda de diálogo que va alimentándose en base a lo que el otro propone y no un monólogo.

Por otra parte, usted tiene espacio por demás para que sus lectores disfruten de sus editoriales. En resumen, le había propuesto debatir el modelo de país que necesitamos y no me interesa debatir sobre la modelo o si yo me ajusto a ciertas categorías.

En su segunda entrega usted había colocado en forma muy interesante varios temas centrales: el uso de la cuestión ideológica como excusa política, el problema del hegemonismo presidencial y la ubicación de la Argentina en el contexto de los "nuevos" líderes latinoamericanos. Mi respuesta se dirigió a esos puntos, coincidiendo con su visión en algunos aspectos y proponiendo punto de vistas diferentes para someterlos a su opinión y a la de la gente.

Mi conclusión de esa nota era que el dilema argentino no es de "izquierda o derecha", sino desarrollo con democracia o pobreza con autoritarismo. Ingenuamente pensé que iba a seguir con el hilo del diálogo que usted mismo había planteado. Imaginé que iba a cuestionarme que el dilema que yo le proponía no es nuevo ya que está vigente desde hace cincuenta años e incluso fue bandera de la gestión de Arturo Frondizi.

Pensé que iba a seguir con el debate y que iba a proponerme otros conceptos para pensar en cómo hacemos para actualizarlo, cómo lo conjugamos con la globalización y con la posmodernidad. Cómo hacemos de la nuestra una sociedad más democrática asumiendo la existencia de nuevas culturas mediáticas pero resguardando valores republicanos. Cómo resolvemos, en este contexto, el desafío de la inclusión social sin clientelismos.

Quiero cerrar este artículo solidarizándome nuevamente con usted por los ataques y agresiones de las que fue blanco últimamente. Como sabe, yo ya estoy casi acostumbrado a recibirlos por el solo hecho de haberme dedicado a la política y sigo para adelante. Pero no debemos acostumbrarnos a aceptar la agresión y la infamia al periodismo independiente porque, aunque al poder de turno no le agrada o no le conviene lo que escriben Fontevecchia, Lanata, Nelson Castro, Magdalena o Pepe Eliaschev, Perfil debe gozar de todas las garantías para desarrollar libremente sus actividades.

* Líder de PRO