Esta vez no hubo vasos rotos ni barras interrumpiendo la votación en el Comité Nacional. Después de semanas cargadas de tensión, Gerardo Morales y Martín Lousteau llegaron a un acuerdo y evitaron una nueva ruptura en la Unión Cívica Radical. Así, el gobernador jujeño será el nuevo presidente del centenario partido y el senador lo acompañará como vicepresidente segundo.
“Creían que nos íbamos a agarrar a trompadas y a sillazos y acá estamos, más unidos que nunca, así es el radicalismo, fuerte, vigoroso y que debate”, expresó un efusivo Morales en la puerta del tradicional comité de la calle Alsina. Es que hasta la noche anterior, esa posibilidad no la descartaban los propios correligionarios y menos aún considerando los antecedentes del vaso que tiró el jujeño en el último cara a cara con Lousteau y las peleas entre barras en la elección de autoridades de la Juventud Radical.
Desde el miércoles venían teniendo negociaciones para llegar a una lista de unidad, sin embargo, recién se terminó de destrabar en la mañana de ayer, en una reunión entre los dos líderes de los sectores enfrentados más Gustavo Valdés (aliado a Morales), Alfredo Cornejo (presidente saliente) y Emiliano Yacobitti (armador de Lousteau).
En el acuerdo, los dos sectores terminaron bajando sus banderas, sobre todo luego de aceptar que la ruptura del bloque de Diputados había tenido un impacto mediático negativo para el radicalismo en su conjunto. El propio Morales pareció reconocer eso en su discurso: “No le importa al pueblo los problemas que tenemos desde la política. Tenemos que ser autocríticos, responsables y serios”.
En el sector de Morales había quienes preferían votar y enrostrarle al sector de Lousteau la mayoría que tienen dentro del partido. Había mucha bronca contenida después de la ruptura del bloque de Diputados y repudiaban la actitud de romper a pesar de haber quedado en claro que eran minoría. Sin embargo, primó la idea de doblarse y no romperse. Y Morales consiguió lo que quería: ser presidente del radicalismo nuevamente.
Desde el otro bando, venían desde hace tiempo con el objetivo de que Lousteau quede a cargo del partido. Fueron con esa lógica a promover internas en diferentes puntos del país y a levantar candidatos propios en las PASO. Pero la cantidad de delegados no les daba para imponerse y concentraron esfuerzos en condicionar la asunción de Morales bajo el argumento de que se debía “modernizar” la UCR. Finalmente, aceptaron integrar una lista de unidad con un tercio de los representantes (uno de ellos será Daniel Angelici). Primó la idea de doblarse y no romperse.
A cambio, todos destacaron un triunfo. El sector de Morales logró el compromiso de volver a trabajar por la unidad de los bloques para empezar el próximo año parlamentario en conjunto, algo que igual fuentes consultadas ponen en duda (ver aparte). Para Lousteau, en tanto, quedó la garantía de que se respetará su pertenencia a la mesa nacional de Juntos por el Cambio, a pesar de que no conserva ningún cargo institucional que se lo habilite.
“Es adentro de la política y adentro de este partido, pero modernizando para interpelar a ese afuera y tenemos que estar adentro del mundo preservando nuestros intereses”, fue el mensaje que transmitió el senador porteño en su discurso en el Comité Nacional. En su entorno se mostraban satisfechos por el acuerdo y destacaban que el sector que viene conduciendo el partido en las últimas décadas tuvo que aceptar su crecimiento interno.
Morales, por su parte, dijo que no tenían que “perder energías peleándonos entre nosotros” y se ilusionó con “volver a ser gobierno”. Dejó dardos para el Frente de Todos (“No he visto un gobierno más inútil que éste”) y también para Juntos por el Cambio (“Ya no somos furgón de cola de nadie”).
En diálogo con la prensa, al terminar el congreso, tanto Lousteau como Morales minimizaron la pelea que protagonizaron en las últimas semanas. “Fue un debate duro entre personas que tienen su carácter”, dijo el primero. “No vamos a seguir hablando de las diferencias, Martín es importante en el esquema”, coincidió el segundo, quien al ser preguntado por el vaso que le tiró en la última reunión bromeó: “Los vasos levitan acá en la UCR, porque somos un partido centenario, con mucho peso”.