POLITICA
HABLA LA ESPOSA DE LUIS D’ELIA

‘Ahora estamos del otro lado del mostrador’

Alicia Sánchez acompañó a su marido a tomar posesión de la Subsecretaría de Tierra para el Hábitat Social, que el presidente Kirchner creó especialmente para él.

ALICIA SANCHEZ - ESPOSA DE LUIS D`ELIA
RADIANTE. La esposa del piquetero, Alicia Sánchez, vivió una jornada feliz el día en que su marido fue puesto en funciones. | ENRIQUE ABBATE

“Esto no es un regalo”, asegura Alicia Sánchez. Desde el miércoles 22, D’Elía es oficialmente subsecretario de Tierras para el Hábitat Social y manejará más de 276 millones de pesos sólo en 2006. Sánchez, la mujer que lo acompaña desde hace más de 20 años y con quien tiene cinco hijos, se anima a contestar que D’Elía tiene enemigos en el Gobierno del que ahora forma parte, pero prefiere silenciar los nombres de quienes se sabe que lo desprecian –entre ellos, dos de los ministros más poderosos del staff de Kirchner: el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro del Interior, Aníbal Fernández.

—A su marido los piqueteros opositores lo tratan de traidor...

—¿Qué quiere que le diga? Esas son opiniones traídas de los pelos. Pero vamos a trabajar también para ellos.

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—¿Qué le dice a D’Elía cuando habla en los medios y se mete en problemas?

—Que no se arriesgue tanto porque a veces le puede jugar en contra. Es su naturaleza meterse, y meter todo el cuerpo.

—¿Qué le aconseja en esta nueva etapa?

—Ahora estamos del otro lado del mostrador, así que hay que ser siempre operativos y tratar de resolver los problemas de la gente desde que amanece hasta la última hora.

—¿D’Elía tiene enemigos en este gobierno?

—Sí, seguramente los hay porque nosotros somos de un sector social que representa a los excluidos, vivimos en Laferrere, somos morochos, como dice Luis “soy feo y gordo”, y por eso tenemos todo el perfil para que cierta gente no nos quiera.

A pesar de los enemigos D’Elía demostró que tiene amigos en el Gobierno. El más poderoso es su protector, Julio De Vido. Pero su acto oficial contó con la presencia del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, el jefe de la SIDE, Héctor Icazuriaga y el embajador de Venezuela, Roger Capella Mateo; y algunos funcionarios no tan amigos como el también piqueterofuncionario Jorge Ceballos.

Cuando empezó a salir en TV fue muy duro; a los chicos los cargaban en el colegio.

D’Elía por Alicia. “Nos conocimos en una capilla en La Matanza. Estábamos en la iglesia, en las comunidades eclesiásticas. Me enamoré de su forma de encarar la vida y de los ideales que irradiaba y que él me enseñó a querer”, recuerda Sánchez. “Luis es una persona muy generosa”, lo alaba su mujer, también militante de la Federación Tierra y Vivienda, que aspiró a más: en otros tiempos fue pieza política en el armado de un grupo de mujeres kirchneristas, que finalmente quedó truncado. “Mi edad me la reservo. No me parece importante decirla. ¿Cuántos años me das?”, se evade la versión más coqueta de una mujer que acompañó a D’Elía a todos los cortes de ruta en La Matanza.

—En la intimidad y en la familia, ¿D’Elía es tan duro como se muestra en público?

— No, es más dulce. Siempre nos transmite valores. Es una persona muy generosa. Y es compañero y contenedor. Cuando nos cerramos porque la situación es difícil o porque hay que hacer mucho esfuerzo familiar, lo hablamos. No es fácil para nosotros porque muchas veces nos invaden. Pero también son muchas las satisfacciones que recibimos.

—¿Qué la sigue enamorando de él?

—Esa fuerza que tiene de jugarse por los demás.

—¿Cuál fue el momento más difícil?

—Cuando Luis empezó a salir en televisión. Fue muy duro para mí y sobre todo para los chicos porque los cargaban en el colegio. Pero esos momentos de inflexión también fueron momentos de madurez. Nos ayudó a crecer.

—¿Qué hizo cuando fue la toma de la comisaría de La Boca?

—Lo apoyé y lo acompañé. Sentí que se había involucrado en una situación muy difícil pero también sabía que era algo justo y que él lo había hecho de buena fe. Cuando fue lo de la Comisaría 24, estaba en Misiones en un encuentro de la FTV y lo vi por televisión. Me preocupé. Llamé a casa y me contaron los chicos y me volví.