Son dos potencias que van directo al choque, aunque los dos están de capa caída y competirán en un campo de batalla devaluado. Enrique “Coti” Nosiglia y Daniel “Tano” Angelici serán los protagonistas estelares de la interna del radicalismo porteño. Una pelea que parece menor en el escenario político, pero que puede ser clave para definir la estrategia de la UCR en su vínculo con Horacio Rodríguez Larreta y el impulso al futuro de Martín Lousteau. Todo con el resentimiento por la derrota en Boca Juniors de fondo.
El 29 de marzo se eligen nueve convencionales por cada una de las 15 comunas, que serán los encargados de definir al sucesor de Guillermo de Maya como presidente de la UCR porteña. Hay tres sectores en pugna: el de Nosiglia, quien junto a Emiliano Yacobitti conduce los hilos del partido; el del Tano, que hace unos años decidió volver al partido que lo vio nacer políticamente; y el de los que estuvieron más cercanos a Cambiemos estos últimos cuatro años, liderados por Jesús Rodríguez y Facundo Suárez Lastra.
Ninguno define todavía el nombre que impulsan para presidir el partido, pero todos dan por descontado que el Tano quiere ese sillón. Curioso derrotero para quien fuera ocho años presidente de Boca. El padrón radical es de 130 mil afiliados, pero en la última elección votaron menos de 20 mil, cifra que es incluso inferior a las de las elecciones xeneizes. “No me parece que le dé el perfil para conducir el partido”, rechazan desde el búnker nosiglista. El Coti, por su parte, no se presentará para presidente. El ya tiene un puesto en la mesa del Comité Nacional. El propio Yacobitti podría terminar siendo el elegido de ese espacio.
En el entorno de Angelici aclaran que “la única pelea es con Coti, con Yaco no hay internas”. Cerca de Yacobitti, actual diputado, rechazan: “Ir contra el Coti o contra el Yaco es lo mismo”. Hasta ahora, Coti y Angelici tenían un acuerdo político, tanto en la UCR porteña como en Boca Juniors, pero a fin del año pasado algo se quebró. “El Coti mientras estaba sentado con nosotros estaba arreglando por el otro lado, y encima por nada”, critican desde el ala del Tano.
Unos días antes de que se consumara la derrota del angelicismo en el club xeneize, la agrupación del Coti decidió abandonar la alianza e irse con Jorge Ameal, quien con la candidatura de Juan Román Riquelme se encaminaba a un seguro triunfo. “No es traición lo que sentimos, sino desilusión”, agregan. Los más memoriosos, además, aseguran que cuando el radicalismo porteño estaba en la lona (para 2005 no tenía ni un legislador porteño), el sector del Tano, que estaba militando en el PRO, ayudaba al Coti. “Cuando nos necesitaba, estábamos”, relatan.
En el último año, el sector de Angelici sumó entre 10 y 15 mil nuevas afiliaciones (según quién lo diga). La principal pelea, aventuran, será en las comunas 1, 4 y 8. “Es donde están los barrios más vulnerables, donde el Tano afilió mucho compulsivamente”, chicanean desde el otro bando. En la 4, que incluye La Boca, se dará una batalla especial, por el significado del barrio, pero también porque el líder de la comuna hoy es Víctor Hugo Salazar, íntimo amigo de Nosiglia y uno de los pocos referentes con peso de la vieja guardia.
En el tercer sector buscan incidir en la pelea, intentaron unificar la elección local con la de delegados al Comité Nacional, donde postularán a Luis Brandoni y apostaban así a traccionar. Era una movida que hubiese obligado al Tano y al Coti a una pelea más difícil. Hoy reconocen el crecimiento del partido gracias al tándem Lousteau-Yacobitti, pero critican “el estilo expulsivo de Yaco”. En 2017 terminaron enfrentados y hoy están todos juntos aunque no siempre tirando para el mismo lado.
