Chubut está en llamas. Acumula más de cien días sin clases y una crisis financiera que amenaza con volverse indomable. En las últimas horas, la represión chubutense se mezcló con la judicialización del conflicto gremial y las detenciones de docentes. El gobernador massista Mariano Arcioni se vio forzado a modificar parte de su gabinete, antes del inicio de su segundo mandato.
En la volteada cayó su álter ego de perfil inflexible en la puja con los sindicatos: el coordinador de Gabinete Federico Massoni, resistido por la oposición y los maestros. No se trató de un recambio más: Massoni era visto como el bulldog de Arcioni.
“He tomado la dolorosa decisión de pedirle la renuncia al doctor Federico Massoni. Sé de su lealtad y honestidad en pos del bien de la provincia y el diálogo”, afirmó el jueves pasado, en un mensaje grabado desde la Sala de Situación de la Casa de Gobierno. Lo hizo tras las protestas encabezadas por los gremios en Rawson, por las que fue detenido el líder de la Atech (el sindicato más fuerte de la provincia), Santiago Goodman.
En medio de una situación caótica, el gobierno de Arcioni le prende velas a la asunción de Alberto Fernández. “Tenemos buenas expectativas, porque tendremos certidumbre de cuál será la macroeconomía respecto a variables específicas y Chubut debe estar en consonancia con este nuevo paquete. Todo es positivo, vamos a tener más certeza del futuro en estos 4 años”, se ilusionó días atrás el ministro de Economía, Oscar Antonena. En privado, el funcionario de Arcioni fue incluso más explícito respecto de un posible salvataje financiero teledirigido desde la Rosada.
Acorralado, ayer Arcioni continuó con la tanda de reemplazos. Anunció que Andrés Meiszner asumirá como nuevo ministro de Educación provincial, en lugar de Paulo Cassutti. “He aceptado su renuncia, en el marco de la búsqueda de conciencia y bienestar, y no perdiendo de vista nuestra premisa: que los niños vuelvan a las aulas”, explicó. Y agregó que el lunes se realizará otra reunión de negociación con los gremios. El reclamo docente se centra en las demoras en el pago de los sueldos, más el incumplimiento de la cláusula gatillo trimestral que debía regir desde julio.
Lo que reavivó la pulseada, sin embargo, fue la decisión reciente de aplicar descuentos por días de paro. Esa resolución, atribuida al saliente Massoni, pateó un hormiguero que empezaba a amecetarse. Pero ayer la Justicia le puso un freno al intento de Arcioni. El juez laboral de Trelew, Paulo König, aceptó la cautelar presentada por Goodman para frenar los descuentos masivos y ordenó devolver los montos recortados en un plazo de cinco días.
En las últimas horas, el gobernador, cercano a Sergio Massa, se juntó con sus aliados: los intendentes de Puerto Madryn y Trelew. Si bien fue reelecto en junio con 38 puntos, Arcioni empezará su segundo mandato (tras haber sucedido a Mario Das Neves en 2017) con un desgaste importante.
Otra jornada de paro nacional
La represión del jueves terminó por nacionalizar el reclamo docente de Chubut. Ayer los maestros concretaron un paro nacional con movilización, en rechazo a la “brutal represión” realizada frente a la Casa de Gobierno, en la ciudad de Rawson.
La Ctera, UDA y Sadop se concentraron ayer frente a la Casa de Chubut en la Ciudad de Buenos Aires. Sonia Alesso, secretaria general de Ctera, afirmó que en adelante podría abrirse “una posibilidad para dialogar y resolver el conflicto” con las autoridades provinciales. La medida de fuerza tuvo un alto acatamiento, según difundieron desde la conducción de Ctera.
“El tema debió ser resuelto hace tiempo, pero el jueves tuvo lugar un episodio desagradable con la detención del secretario general de Atech, Santiago Goodman”, sostuvo Alessio.
La crisis chubutense se volvió un tema incómodo para Alberto Fernández, quien cuenta con el respaldo del gobernador massista Mariano Arcioni.
