POLITICA
relato de una periodista

Así descubrió Noticias los lujos de Uberti

Jesica Bossi, periodista de la Revista Noticias, cuenta cómo se llevó adelante la investigación sobre la vida de millonario que lleva Uberti y sus contactos con el Gobierno.

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“Libertador 3050”, decía el mensaje de texto. Ésa fue la primera información precisa que llegó sobre el domicilio del semipiso de Claudio Uberti, el funcionario echado por el caso de la valija. El dato lo aportó un dirigente político que mantiene contactos con él y que había estado en el departamento. La misma fuente agregó que tenía 250 metros cuadrados, “decoración estilo francés” y que lo había comprado hacía poco tiempo.

Durante cinco días fuimos al edificio sobre Avenida del Libertador, entre Lafinur y República Árabe de Siria, una de las cuadras más caras de Palermo, donde una propiedad como la de Uberti cuesta entre 600 y 650 mil dólares. El objetivo era chequear la información y fotografiar al ex funcionario saliendo del edificio: ésa era la prueba documental del alto nivel de vida un kirchnerista desocupado.

Pasaron tres días y no aparecía. Ni siquiera en Doney, la confitería donde suele desayunar. Allí, entre tantos vecinos ilustres de la zona, sólo vimos al embajador en Estados Unidos, Héctor Timerman, que llegó una mañana con tres libros bajo el brazo. La confirmación fue el lunes 11, a las 10.07, cuando Uberti salió de su edificio, de pantalón blanco y remera amarilla. Caminó hacia el cajero del Banco Galicia, habló dos veces por celular, y cuando vio que le estábamos tomando fotos aceleró el paso y se desvió.

Los dos días siguientes volvimos a buscarlo para hablar con él. No había rastros. Tocamos el timbre del 11 A, donde reside, y una empleada doméstica nos dijo que ni Uberti ni Patricia Palacios, su esposa, estaban allí. La reacción del portero fue desopilante. Ni bien NOTICIAS le preguntó por Uberti, desesperado, corrió hacia la avenida Libertador y se tomó un taxi. Antes de su huida repentina, llegó a responder, con maniobra de despiste incluida: “¿Uberti? No sé, capaz vive en el edificio del al lado”. Tarde. Ya lo habíamos confirmado.