A diferencia de la primera jornada, la segunda ronda de expositores por una nueva Ley de Alquileres estuvo marcada por una mayor representación de los inquilinos. Así, la Cámara de Diputados se encamina a llegar a un proyecto en consenso entre las distintas fuerzas para tratar en el recinto en las primeras semanas de mayo.
Todavía resta dirimir algunas diferencias para llegar a un acuerdo político entre el oficialismo y la oposición. Principalmente la negociación pasa por el tiempo de duración de los contratos: Juntos por el Cambio sostiene que debe ser de tres años y el kirchnerismo sostiene que debe fijarse en dos.
El debate lo encabezó la titular de la comisión de Legislación General, Cecilia Moreau (FdT), y la acompañaron durante casi toda la jornada los vices Karina Banfi (UCR), Carla Carrizo (Evolución Radical) y Lucas Godoy (FdT). La presencia de diputados fue escasa, al igual que la otra vez, pero había más presencia que la semana pasada en el salón del Anexo C. Las exposiciones fueron presenciales, el martes pasado habían sido virtuales.
Esto generó el cara a cara entre los expositores a la hora de hablar en el recinto. Si bien casi no hubo cruces ni chicanas entre los expositores, la jornada tuvo más color porque se podían ver gestos de asombros y malestar entre los informantes que estaban en la sala.
Entre la presencia de los diputados se caracterizó una vez más la de Margarita Stolbizer (Encuentro Federal) y la del jefe del bloque oficialista, Germán Martínez. El santafesino se sentó en el fondo de la sala, aunque no integra la comisión, y escuchó las presentaciones, mientras conversaba con sus compañeros del bloque.
“El IVC porteño en 2018 registró 138 mil viviendas vacías. ¿Es racional tener tantas viviendas vacías con tanto déficit habitacional?”, planteó Julián Corvaglia de la Federación Nacional de Inquilinos. Con una impuesto a la renta ociosa, uno de los temas que más apareció en la jornada, habría “estímulo para que se vendan esas propiedades, o recaudar fondos para viviendas sociales o las pongan en alquiler”.
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“Francia lanzó el año pasado el plan nacional de lucha contras viviendas vacantes que se propone movilizar las viviendas ociosas y propone transformar oficinas vacías en viviendas”, remarcó Corvaglia.
También estuvieron presentes los tres diputados del PTS-Frente de Izquierda, Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Alejandro Vilca, a pesar de no integrar la comisión de debate. Lo mismo, Gisela Marziotta (FdT) autora de uno de los proyectos que tuvo giro a la comisión de Legislación General.
Los desacuerdos en en el debate
El principal punto de conflicto es qué hacer con el plazo de los alquileres. La actual ley indica que son contratos de tres años. La oposición, junto con las inmobiliarias sostiene que deben volver a ser de dos años. Sin embargo, en el Frente de Todos no están tan de acuerdo con eso y es ahí dónde aparece uno de los nudos en las negociaciones que en paralelo llevan a cabo los asesores
La diputada por Entre Ríos Carolina Gaillard (FdT) expuso estas diferencias en la previa del debate: “El plazo de tres años le da una tranquilidad al inquilino, claramente a las inmobiliarias no les conviene por eso tanto lobby”. Además remarcó que “no hay que derogarla” y subrayó que “es una muy buena ley, pero por supuesto es perfectible”.
Por su parte, Magali Zirulnikoff, de la Comunidad Federal Inquilina y No Propietaria, señaló que “las poblaciones inquilinas ya no pueden seguir sosteniendo mudanzas cada dos años”. “Es necesario que se sostenga el plazo mínimo de tres años por principio de estabilidad y seguridad en la tenencia. Estos son elementos del derecho de la vivienda digna que deben garantizarse por mandato constitucional”, subrayó.
El contrapunto con este argumento lo expuso Andrés Gariboldi, del Consejo Federal de Colegios Inmobiliarios de Argentina. Insistió en la importancia de la “reducción del plazo del contrato de 36 a 24 meses”. Para él, esto podría generar “incentivos para que haya inversiones en inmuebles para que ingresen al mercado locativo”.
El acuerdo comienza a surgir en modificar el aumento anual y que pase a ser semestral. Esto lo pidieron tanto las inmobiliarias como los propietarios y encontró un rápido apoyo en la oposición. De a poco, el kirchnerismo empieza a ceder en esto. “El ajuste se puede revisar para que sea semestral, que sea anual es un impacto muy fuerte para el bolsillo. Esa sería una propuesta y se puede mejorar en ese sentido”, señaló Gaillard.
Uno de los pocos que se opuso a los inquilinos fue el representante de la Fundación de Estudios para Desarrollo Inmobiliarios, Claudio Vodánovich. Sostuvo que “tiene que haber una capacidad de ahorro con la cual decida a invertir en el ladrillo, la vivienda”. “Si desalentamos que esa familia invierta, no va a poder haber inquilinos. Lo que tenemos que hacer es alentar a quien tiene esa función”, argumentó.
