La diferencia entre la Corte Suprema de Justicia la Nación del pasado y la actual, se notó a primera vista este martes, en el acto de apertura del año judicial celebrado en el Patio de Honor del Palacio de Tribunales. Fue el primero con Carlos Rosenkrantz como orador desde su llegada a la presidencia, en octubre pasado, tras once de años de liderazgo de Ricardo Lorenzetti.
El clima fue sensiblemente más distendido y conciso que en otras oportunidades. Pero las diferencias entre ambas gestiones no quedaron ahí y tampoco pasaron desapercibidas. En especial lo que tuvo que ver con las ausencias de varios de los jueces más importantes de la justicia federal como Claudio Bonadio, Ariel Lijo, Julián Ercolini, Sebastián Ramos, Rodolfo Canicoba Corral, María Servini o el camarista Martín Irúrzun.
En el Palacio había varias lecturas sobre el tema. También en Comodoro Py. Las asistencias casi perfectas de la mayoría de los magistrados tanto de los tribunales de Retiro como de otras jurisdicciones durante todos los años anteriores alimentaron las sospechas sobre una suerte de "vacío" a Rosenkrantz.
De hecho, de los 12 magistrados de primera instancia en Comodoro Py sólo estuvieron Sebastián Casanello y Daniel Rafecas. También pasó Sergio Torres, quien en breve irá a la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires, y se retiró poco después.
Otros de los magistrados de distintas jurisdicciones que también asistieron fueron Sandra Arroyo Salgado de San Isidro, y Luis Armella de Quilmes. También jueces de Tribunales Orales Federales como Sabrina Numer, José Antonio Michilini o Nicolás Toselli. Y miembros del Consejo de la Magistratura como Juan Bautista Mahiques, Eduardo "Wado" de Pedro y Graciela Camaño, entre otros.
En tanto que también fueron camaristas de Casación Federal como Carlos Mahiques, Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Javier Carbajo, así como los miembros de la Cámara Federal de Apelaciones, Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens. En uno de los laterales escuchaba, cerca del estrado donde estaban Juan Carlos Maqueda, Elena Highton, Lorenzetti y Horacio Rosatti, el ministro Germán Garavano, con parte de su gabinete.
A lo largo de la media hora que duró su discurso, Rosenkrantz apuntó al estado crítico de la justicia y habló de la fuerte crisis de legitimidad que atraviesa el Poder Judicial. "Toda crisis de legitimidad es en gran parte una crisis de confianza", sostuvo. "Los argentinos están perdiendo la confianza en el Poder Judicial. Hay dudas de que nos comportamos como verdaderos jueces de una democracia republicana", agregó.
El líder del máximo tribunal consideró que "la solución requiere entonces que revirtamos esta percepción y, para ello, los jueces debemos mostrar, todos y todos los días, que sí somos verdaderos jueces de una democracia republicana".
"Debemos convertirnos en una institución íntegramente sujeta a procedimientos reglados en base a los cuales sea posible evaluarnos con objetividad", sostuvo Rosenkrantz. "La magistratura es un trabajo del que depende la libertad y el patrimonio de nuestros conciudadanos y, por esa razón, debe estar sujeta a reglas de evaluación claras", amplió después.
"Nuestro comportamiento, tanto jurisdiccional como administrativo, debe poder evaluarse públicamente mediante estándares objetivos. No solo debemos permitir que la ciudadanía y la sociedad civil escudriñen lo que hacemos a voluntad sino que debemos mostrar que lo que hacemos se conforma con reglas claras establecidas de antemano", agregó en otro de los tramos de su exposición.
C.D./F.F.
