La última semana de campaña, marcada por el asesinato de Morena y la muerte de un militante de izquierda en el Obelisco, fue atípica. Se suspendieron los actos de cierre. Y, según piensa Patricia Bullrich, hubo una migración del voto. Fueron unos cinco puntos, calculan en su equipo, que fueron a parar directamente a Javier Milei.
La flamante candidata a presidenta los llama “votos en disputa”. Esos electores, más aquellos que no fueron a votar, que son una constante entre aquellos que eligieron a Juntos por el Cambio las últimas seis elecciones, son los que en las próximas semanas irá a buscar.
“Entramos en la última semana con el 22% de manera sostenida y teníamos a Milei en el 24%. Entre la interna con Larreta, la ayuda del peronismo a fiscalizar y la agenda de la última semana, muchos se inclinaron al final”, detallan en el comando de campaña bullrichista.
“Vamos a ir a buscar a quienes no votaron y a quienes votaron a otras opciones”, se la escuchó decir a Bullrich entre sus asesores de máxima confianza. En 2015, en 2017, en 2019 (con casi diez puntos) y en 2021 JxC creció de las PASO a las generales de manera ostensible.
Por ello, se centrará en reafirmar su idea de “cambio profundo” y sumará la idea de “shock” en cuanto a las medidas y la rapidez para implementarlas si es elegida para ocupar la Casa Rosada. “Ahora empieza otra campaña”, también dijo en estos días.
En este contexto, desde la semana que viene se la verá más activa que nunca. La sonrisa se le dibuja en el rostro desde el domingo a la noche ante todos los interlocutores, de dirigentes a empresarios, de periodistas a asesores. Designó al jefe de la campaña bullrichista, Juan Pablo Arenaza, y a Hernán Lombardi para una mesa política con el larretista Federico Di Benedetto y el radical José Cano, para coordinar acciones en todo el país. Y se concentrará, en el corto plazo, en dos provincias. Una es Santa Fe, donde se elige gobernador, y el radical Maximiliano Pullaro puede ser electo el domingo 10 de septiembre. También Bullrich tiene pensado apoyar fuertemente a Pablo Javkin para la intendencia de Rosario. La obsesiona desembarcar allí para darle pelea al narcotráfico.
La otra provincia es, obviamente, Buenos Aires. El martes próximo se reunirá a solas con Diego Santilli, a quien quiere sumar para coordinar acciones. Pretende un gran scrum donde, además del Colorado, estén Néstor Grindetti a la cabeza, como candidato a gobernador, más Cristian Ritondo, jefe del bloque del PRO en Diputados, y el radical Maximiliano Abad, candidato a senador y titular de la UCR bonaerense.
Ritondo y Abad quedaron posicionados como dos de los grandes ganadores de las PASO al interior de sus espacios. El diputado fue legitimado en las urnas, le sacó más de 200 mil votos de diferencia al neolarretista Miguel Pichetto en la categoría diputado nacional por la Provincia, y ganó diez municipios con candidatos a intendente en lugares como Zárate, Pinamar, Exaltación de la Cruz y Arrecifes, entre otros.
Por su parte, el titular de la UCR bonaerense no solo logró imponerse en la interna para el Senado contra José Luis Espert sino que fue el radical mejor posicionado dentro del bullrichismo. Es que para la UCR hubo derrotas serias: a la de Gerardo Morales, como vice de Larreta, se le sumaron la de Martín Lousteau en la Ciudad y la de Gustavo Posse en San Isidro y en la categoría vicegobernador. Abad ya había ganado en el cierre de listas, donde logró colocar a la mayoría de los dirigentes radicales del interior, al tope de las nominaciones seccionales. Y al intendente de Trenque Lauquen, Miguel Fernández, como vice de Grindetti.
El equipo bullrichista lo comanda Arenaza con Lombardi, el consultor Derek Hampton más el exviceministro político del Interior, Sebastián García de Luca, el dirigente Damián Arabia, más Grindetti y Ritondo, quienes se sumaron en los últimos meses. Además trabaja con ellos María Oneto (en el fundraising), Carlos Cortés, histórico vocero y jefe de prensa de la candidata presidencial desde hace más de 15 años, y el equipo de redes sociales.
