—En una elección que parece definida, ¿qué es lo que se pone en juego?
—La libertad. Ya se está demostrando que empieza con la persecusión de sindicalistas y políticos de izquierda. Y, como bien señaló Bonasso, va a ser terrible si se les concede las mayorías en ambas cámaras y tienen el poder total. El problema de los que votan a Cristina es que nos condenan al resto a vivir sin libertad.
—¿La pelea por el segundo lugar es clave para el tipo de oposición que haya?
—Hoy la distancia con la Presidenta es tal que lo importante es la causa de la libertad. Algunos tienen necesidades en sus propias provincias de acordar con la Presidenta. Es indistinto quién salga segundo, siempre y cuando no se vote a sus diputados. Voten a los diputados de la última. Si votan a los diputados que votaron todas las leyes con el Gobierno, como es el socialismo, tendrá más número el Gobierno.
—¿Qué bloque de la oposición cree que le conviene al Gobierno que quede mejor parado?
—La Presidente eligió, como lo hizo con Lavagna en 2007 para impedir nuestra victoria. Y tres meses después se abrazó en Olivos.
—Si pudiera volver el tiempo atrás, ¿repetiría la estrategia de alianzas?
—Sí. Nosotros sabíamos que esa oposición iba al desastre y nos desmarcamos por principios. En 2007 habíamos acordado hacer bloque conjunto con el socialismo y fue Binner quien ordenó romper para votar con el Gobierno. Hoy seríamos socios del Gobierno o estaríamos en el desastre del radicalismo.
—De todas formas, a la fuerza que peor le fue es a la Coalición Cívica.
—Cuando uno defiende la causa de la libertad y defiende los principios, Dios te tiene entre algodones. Yo estoy feliz y entre algodones. Yo no vine a la política para entregar los principios, sino para que la Argentina tenga principios.
—¿La intransingencia no la puede llevar a ser testimonial?
—O que algún día la Argentina llore por vivir en la libertad y los valores, y entonces me busquen.
—Tras las elecciones, ¿el rol opositor debe cambiar?
—Nosotros somos lo que somos. Y cuando nos opusimos fue porque era mentira. No somos oportunistas. La Coalición Cívica no es veleta, y yo tampoco.
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