Rita Molina es la fiscal federal de San Isidro que investiga si los hijos adoptivos de la dueña de Clarín fueron apropiados durante la dictadura. Aunque tiene siete años de trámite judicial y que por ella desfilaron tres magistrados, la causa tomó fuerte impulso en el marco de la pelea que inició el Gobierno contra el multimedios. En este momento, se está analizando si las muestras de sangre y saliva que Marcela y Felipe Noble se sacaron el año pasado sirven para hacer el cruce con el patrón genético de los desaparecidos en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). Para Molina, antes de fin de año "se va a saber la verdad". Y si se comprueba que fueron apropiados "Ernestina Herrera de Noble va a tener que demostrar que desconocía su origen", indica. La causa, que está cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado, entra así en la recta final. Y su esclarecimiento va a generar un cimbronazo político.
— ¿En qué estado de situación está la causa?
— Estamos esperando el resultado de la pericia, que va a demostrar si la sangre y la saliva de los hermanos Noble sirven para obtener un perfil genético. El viernes a las 9, en el Banco Nacional de Datos Genéticos, se va a conocer eso.
