El ex prefecto Héctor Febrés negó esta tarde todas las acusaciones en su contra, al realizar una breve exposición ante el tribunal que desde hoy lo juzga por delitos de lesa humanidad por su actuación en el centro clandestino de detención que funcionaba en la ESMA.
El ex represor se negó a prestar declaración indagatoria pero realizó una breve exposición ante el Tribunal Oral Federal 5 donde manifestó su deseo de “negar todos los hechos que acá se me han imputado”.
Es que con el ex prefecto Héctor Febres sentado en el banquillo de los acusados comenzó esta mañana el primer juicio oral y público contra represores que actuaron en el centro clandestino de detención que funcionaba en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA).
Se trata del cuarto proceso en causas reabiertas tras la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y en los juicios anteriores ya fueron condenados el ex policía Julio "el turco Julián" Simón, el ex comisario de la bonaerense Miguel Etchecolatz y el ex capellán de esa fuerza de seguridad Christian Von Wernich.
En este nuevo juicio, que tramita el Tribunal Oral en lo Federal Cinco (TOF5), Febrés, también conocido como " Selva" por reunir el salvajismo de "todos los animales juntos", según algunas de sus víctimas, está acusado por los secuestros y torturas de Carlos Lordkipanidse, Carlos García, Josefa Prada de Olivieri y Alfredo Margari.
Con importantes medidas de seguridad implementadas en los tribunales de Comodoro Py 202, de esta Capital, los camaristas Guillermo Gordo, Ricardo Farias y Daniel Obligado declararon abierto el debate en la Sala de Audiencias donde se realizó el juicio en la "causa AMIA".
El ex prefecto Héctor Febrés escuchó imperturbable, con la mirada al piso y los ojos por momentos entrecerrados , la lectura de la acusación en su contra. La pantalla de plasma de la Sala de Audiencias marcaba las 10:48:34 cuando Febrés fue ingresado al recinto por los efectivos de Prefectura que lo trasladaron desde la delegación Tigre, base Delta, donde cumple prisión preventiva.
Con dificultad acomodó sus más de 110 kilogramos en la silla y su corbata de indefinido color, pasó la mano izquierda por su blanca cabellera y a los tres minutos debió volver a ponerse de pie porque ingresaron los jueces. El reloj marcaba entonces las 10:51:52 y los camaristas tomaban ubicación frente al estrado y el presidente declaró abierto el debate haciéndole saber a Febrés que debía estar atento a la lectura de la acusación.
El imputado, uno de cuyos alias era "Gordo", volvió a sentarse con esfuerzo y comenzó a escuchar cómo el secretario Martín Schawb leía la acusación formulada en primera instancia por el fiscal Eduardo Taiano. Eran entonces las 10:54:10 y el secretario leyó prolijamente la reseña histórica que había realizado Taiano y la calificación de delitos de "lesa humanidad" a aquellos por los que acusaba a Febrés.
También hizo un prolijo detalle de la ubicación en las salas de tortura en la ESMA, de la ferocidad con que el imputado aplicaba los tormentos según sobrevivientes y el rol que tenía en la maternidad clandestina que funcionaba en ese centro. Mientras Febres cuenta con la asistencia técnica del Defensor Oficial Víctor Valle, la acusación está a cargo de la fiscal Mirna Goransky y de los querellantes representados, entre otros, por la abogada Liliana Mazea y su colega Rodolfo Yanzón.
Algunos de los querellantes y la fiscal fracasaron en su intento para lograr la suspensión del juicio ya que reclamaban que todos los represores que actuaron en la ESMA fuesen juzgados en un único proceso para evitar que los mismos testigos deban declarar en varios procesos. Entre quienes reclamaban la postergación del inicio del debate se encuentran el sobreviviente Lordkipanidse como parte de la querella unificada "Justicia Ya", integrada además por la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos y la Fundación Investigación y Defensa Legal Argentina (FIDELA).
Febres fue procesado por el juez federal Sergio Torres, con la intervención del secretario Diego Slupsky, y elevado a juicio oral mediante una resolución de casi un centenar y medio de carillas con cuya lectura comenzó el proceso que, se estima, durará alrededor de un mes con audiencias los martes, miércoles y jueves de cada semana.
A los efectos del proceso, Febrés fue trasladado a las 7.30 a los tribunales de la zona de Retiro desde la Base Naval de la localidad bonaerense de Campana donde cumple la prisión preventiva que oportunamente le dictó Torres y que confirmó la Cámara Federal. El juicio es seguido por un cupo limitado de 34 periodistas que deben ingresar al recinto sin teléfonos celulares ni grabadores y al que no está permitido el acceso de fotógrafos ni camarógrafos.
El centro clandestino que funcionó en la ESMA ha sido considerado como el mayor campo de la muerte de la dictadura, ya que según sobrevivientes habrían pasado por allí 4.500 víctimas rumbo a los “vuelos de la muerte”, en que desde aviones navales eran arrojados vivos y narcotizados al mar.
Como dato curioso, al ex prefecto le tocó en suerte el mismo defensor oficial que en 1985 tuvo el ex dictador Jorge Videla, en el histórico Juicio a las Juntas Militares, del que salió condenado a reclusión perpetua. Se trata del abogado Víctor Valle, que fue sorteado como defensor por azar para asistir a uno u otro acusado.
Fuente: DyN y Télam