La prohibición de pagar en cuotas el turismo en el exterior volvió a generar diferencias en el propio gabinete. El impacto negativo que provocó la medida anunciada por el Banco Central una semana atrás hizo que el Gobierno nacional salga inmediatamente a buscar alternativas. En el equipo presidencial evaluaron una salida “más simpática” y fue Martín Guzmán el que propuso, una vez más, un camino distinto al que tomó Miguel Pesce.
En el equipo económico de Alberto Fernández hay una coincidencia: la salida de divisas por el turismo comenzó a ser una preocupación desde septiembre. Pero no todos coincidieron con el “método Pesce” para frenar los gastos en dólares en el exterior. El Banco Central (BCRA) comandado por Miguel Pesce decidió prohibir a las tarjetas de crédito vender pasajes, hoteles o cualquier otro servicio turístico en el extranjero en cuotas, medida que provocó discusiones en el propio Gobierno.
Después de las primeras horas que mostraron fuertes repercusiones negativas, el propio Presidente autorizó al equipo económico a evaluar distintas alternativas. En el entorno del jefe de Estado hablaron de encontrarle una “mejora” a este anuncio que sorprendió a muchos funcionarios.
Un brasileño con mano dura tendrá la lapicera en el acuerdo de Guzmán
“La cifra de los miles de millones de dólares que se van por el turismo es fuerte y todos están de acuerdo en que hay que resolverlo, pero se va a intentar hacerlo con medidas menos antipáticas. Podés poner una tasa alta a las cuotas, que suena menos antipático que decir que no haya cuotas”, explicaban días atrás desde la Casa Rosada.
Quien propuso un camino distinto al tomado por Pesce fue el ministro de Economía, Martín Guzmán. Fue desde el Ministerio de Economía que se planteó que se restablezcan las cuotas, pero con un interés alto. La respuesta desde el Banco Central no tardó en llegar: se puede poner un límite de interés alto, pero este organismo no puede establecer regulaciones sobre el mínimo. “Sería algo a evaluar si no tendríamos el problema de que al no poder poner límites mínimos, las tarjetas en vez de poner un 50% de interés, pongan un 15%”, dispararon desde el Central y clausuraron la discusión.
La tensión entre Pesce y Guzmán se mantenía latente. El momento más crítico del vínculo llegó con el “súper cepo” cambiario. El titular del Banco Central mostraba la postura más dura en las restricciones cambiarias ante la necesidad de frenar el drenaje de reservas y el ministro de Economía advertía sobre un avance del dólar blue.
En enero de este año, Guzmán había puesto a Diego Bastourre, uno de sus colaboradores más cercanos, en el directorio del Central con el objetivo de tener más coordinación con su titular. Sin embargo, uno de ocho directores no le garantizó mucho.
Las discusiones sobre la política cambiaria y monetaria no son las únicas. Las diferencias también giran alrededor del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Miguel Pesce muestra mayor urgencia en los tiempos del acuerdo mientras advierte sobre el nivel de las reservas y Martín Guzmán muestra más calma. Enero sería la fecha en la que podrían mostrar el resultado final de las negociaciones con el organismo internacional mientras el titular del Banco Central repite que no hay más tiempo.
El Gobierno busca una medida más "amigable", pero no encuentra aún una salida
Este sábado viajan a Washington sus equipos técnicos. La misión del Ministerio de Economía y del Banco Central no los tendrá como protagonistas ya que ambos se quedarán cumpliendo las distintas urgencias en Argentina. Guzmán trabaja contrarreloj en el Plan Plurianual y en su presentación ante el Congreso y Pesce seguirá buscando contener las reservas mientras siguen buscando alternativas a la prohibición de compras con tarjeta.
No solo desde Economía, que esperaban días más tranquilos en medio de la renegociación de la deuda con el FMI, pretenden una medida menos molesta a la clase media. Los Ministerios de Turismo y Transporte también apuestan a una salida, que por ahora, no encuentran.