Días pasados, en el Museo Evita, en reunión con un grupo de periodistas, Felipe Pigna comentaba que el edificio que alberga a la institución es el único que queda en pie de lo que fuera la inmensa obra de la Fundación Eva Perón. La bella casona fue un hogar de tránsito para madres que viajaban a la ciudad por cuestiones médicas y logró sobrevivir al furor y el odio de la Revolución Libertadora. El Albergue Warnes, por ejemplo, proyectado como el más grande hospital de niños de Sudamérica, al igual que otros edificios emblemáticos del período peronista, cayó en el abandono hasta ser dinamitado en el año 1991.