La diputada Diana Conti no esperó que su comentario sobre el deseo de una "Cristina eterna" y una eventual reforma constitucional trajera tanta repercusión.
El martes, en el programa 6,7,8 de Canal 7 admitió que "estuve tonta, sabía que esto podía ser usado de esta manera y bajé la guardia". Así, intentó cerrar la persiana en torno a la polémica que generaron sus deseos personales.
Incluso fue la propia presidente Cristina Kirchner quien desestimó la posibilidad cuando dijo en el Congreso: "Si no me aprobaron el presupuesto, ¿cómo quieren que modifique la Constitución? No se hagan rulos". Y agregó un comentario en el que dividió a sus seguidores en dos grupos: la "gente que siempre me quiso mucho" y los "otros que ahora me quieren un poquito más que antes".
La estalinista ultra K. Esta no fue la primera vez que Conti fue centro de escena en la opinión pública. En noviembre de 2010 tuvo un encontronazo en la comisión de Asuntos Constitucionales, cuando se irritó porque una persona que estaba con la diputada Cynthia Hotton la filmó con una cámara de video.
"Veo personas que están filmando las conversaciones privadas que tengo con otros diputados", se enojó Conti, que comenzó a gritar para que se identifique a quienes señaló como "asesores" de la diputada del monobloque "Valores para mi país".
A comienzos de ese año presentó un proyecto "anti Cobos" para limitar los poderes del vicepresidente mientras Cristina esté de viaje por el exterior. Días antes estuvo en boca de todos cuando admitió ser estalinista, lo que generó un profundo rechazo de la oposición. Además, su doble voto en el Consejo de la Magistratura fue clave para que no avance una causa contra el juez Norberto Oyarbide.
Uno de los grandes escándalos salieron a la luz cuando el periodista Bruno Bimbi la acusó de quedarse con su sueldo cuando este trabajaba como jefe de prensa mientras era senadora. A raíz de esa denuncia también se supo que su hijo trabajaba con ella. Bimbi dijo que nunca lo vio en función, lo que ella negó.
Antes de los K. Conti es abogada y psicóloga social. De joven militó en el Partido Comunista Revolucionario (PCR) aunque luego formó parte del Frepaso y fue subsecretaria de Derechos Humanos del presidente Fernando de la Rúa.
La actual "ultrakirchnerista", como ella misma se define, llegó al Congreso el 3 de julio de 2002 en una lista de la Alianza, tras la renuncia de Raúl Alfonsín.