Si las encuestas no mienten, y todo sucede como está previsto en las próximas elecciones presidenciales, la influencia del matrimonio presidencial sobre la Justicia se consolidará de manera notable.
La fórmula que encabeza la primera dama y senadora Cristina Fernández de Kirchner tiene muchas chances de imponerse el próximo 28 de octubre. De ser así, durante los 4 años de mandato de Néstor Kirchner y los primeros meses de la muy probable gestión de su esposa, habrán nombrado a seis jueces de primera instancia y a cuatro camaristas. Es decir, a más de la mitad del fuero federal.
La Cámara Federal de la ciudad de Buenos Aires será renovada en un 50 por ciento a partir de que asuma el nuevo gobierno en diciembre. La última renuncia es la del juez Gabriel Cavallo, quien se va a fin de año. De esta manera, quedaron acéfalas tres de las seis vocalías de la Cámara. Las nuevas autoridades nacionales tendrán la facultad de nombrar a los camaristas.
Las causas judiciales en donde se investigan hechos de corrupción que involucrarían a funcionarios del Gobierno nacional se ven aletargadas por la creciente cantidad de vacantes. La Cámara Federal porteña es el que lleva los casos más relevantes de corrupción.
Además, el próximo presidente deberá elegir a tres de los doce jueces de primera instancia. El problema es que de los 33 candidatos que se presentaron para ocupar el cargo, la mitad reprobaron.
