La Secretaría de Inteligencia (SI) confirmó hoy a la Justicia que fue un agente de esa central el hombre que habría alertado al dirigente judío Sergio Burstein, de la entidad Familiares y Amigos de Víctimas de la AMIA, que estaba siendo espiado telefónicamente, informaron a DyN fuentes judiciales.
En tanto, Gendarmería Nacional le informó al juez federal Norberto Oyarbide que la foto de ese agente publicada ayer en los medios en principio coincide con la que tiene en su poder el juzgado. Gendarmería sostuvo que este tipo de exámenes no son exactos en un 100 por ciento, pero en la comparación de ambas fotos la persona "tiene características morfológicas coincidentes una con la otra", informaron los voceros.
Las fuentes añadieron que trabajarán este fin de semana para decidir si citan al agente de inteligencia a declarar como testigo. Sin embargo, aclararon que este dato en nada modifica la investigación y la imputación de todos los procesados, entre ellos el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, quien ayer señaló ante Perfil.com que no piensa pedir licencia para evitar el juicio político, tal como había trascendido.
El agente fue identificado por los diarios Clarín y La Nación como Hugo Alvarez, alias "Hugo Altamirano", y señalado como la persona que el 22 de septiembre pasado llamó desde un locutorio a la hija de Burstein para alertarle que el teléfono de su padre había sido "pinchado" por orden del ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge "Fino" Palacios, dijeron los voceros.
Ante el informe de la SI (ex SIDE), el juez Oyarbide ordenó que Gendarmería Nacional haga una pericia comparativa entre las fotos del supuesto espía que publicó Clarín y las que tiene el juzgado junto con el video del locutorio, para determinar si en todos los casos es la misma persona.
La central de inteligencia también confirmó que la dirección de la casa del supuesto Alvarez, en el conurbano bonaerense, que publicó Clarín, es en la que vive el presunto agente.
El periodista que escribió la nota, Daniel Santoro, declaró ante el juez como testigo y se amparó en el derecho de mantener reserva sobre la fuente que le brindó esos datos, dijeron los voceros.
En la causa de las escuchas Macri está procesado como presunto miembro de una asociación ilícita por la intervención de las líneas de Burstein y de su cuñado, Néstor Leonardo, dos de la media docena de víctimas del espionaje.
En tanto, la Cámara Federal volvió a rechazar un pedido de Macri para que el ex senador del PJ Héctor Maya declare el martes como testigo en la audiencia en la que el jefe de Gobierno debe fundamentar su pedido recusación de Oyarbide. Maya había dicho que el juez le confió que "a Macri me lo llevo puesto" y que habría recibido "presiones" del Gobierno.
El jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, consideró hoy que el episodio del espía que le avisó a Burstein "muestra la mano del Gobierno atrás" del procesamiento de Macri.
Sostuvo a la vez que el juicio político a Oyarbide "lo pedimos por la causa misma: realmente no tiene nada, no hay ninguna prueba, ningún indicio, ningún dato que relacione a Macri con esto en lo más mínimo".
"Que alguien relacionado al Gobierno haya sido quien alertó, obviamente muestra lo que nosotros estamos diciendo, que el Gobierno (nacional) está atrás de todo esto", enfatizó.
Consultado si Burstein podría tener "relaciones turbias" con agentes del Gobierno, Rodríguez Larreta contestó: "Por supuesto. La casualidad es que justo cuando se hace esta denuncia, Burstein estaba en Nueva York viajando con la Presidenta".
"Ahora se determinó que es un agente del Gobierno el que le hace el aviso a Burstein, y además el aviso le dice 'atrás de esto está Palacios'. ¿Cómo sabe la persona que llama? Sólo puede saberlo si tiene datos de inteligencia del Gobierno. Si no, es imposible saber que el teléfono está pinchado, y que atrás de esto está Palacios", afirmó por Radio Mitre.
Añadió que "se hace la denuncia en tiempo récord, le mandan a la casa un patrullero para llevarlo a la comisaría a hacer la denuncia, como si fuera un remise. Justo lo llevan cuando el juez de turno era Oyarbide".
La causa de las escuchas se inició a partir de la denuncia que Burstein realizó luego de que recibió el llamado anónimo ante su preocupación por la seguridad de su familia. La investigación arrojó que la "pinchadura" de su teléfono fue autorizada por jueces de Misiones a pedido de policías de esa provincia y del ex espía de la Policía Federal que trabajaba en el Gobierno porteño Ciro James, de vínculos con Palacios.
Burstein fue un crítico de la designación de Palacios en la fuerza, por lo que una de las hipótesis judicial sería que el ex comisario pidió intervenir la línea del dirigente judío y que James hizo el operativo para llevarlo a cabo. Tanto James como Palacios están presos y procesados como presuntos integrantes de una asociación ilícita.
Fuente: DyN
