El Gobierno comenzó a tender un cerco de protección en torno al vicepresidente de la Nación, Amado Boudou. La diputada nacional Diana Conti afirmó que cree fervientemente que el exmiembro de la UCeDe fue traicionado. Y si bien consideró que el juez Ariel Lijo no cometió “mala praxis”, tendió un manto de sospechas sobre su decisión ya que, como a todos los magistrados, “les preocupan las tapas de Clarín y el escarnio mediático”.
A tono con el papel de mártir que le habría asignado la Presidenta, Conti defendió a Boudou y criticó que el juez no fijara la declaración indagatoria lo antes posible “para evitar el escarnio público y el fusilamiento mediático”. En esa línea, y pese a aclarar que Lijo no cometió “una mala praxis tan seria” al llamar como testigos a varias personas que después imputó, la legisladora del Frente para la Victoria se quejó de que “se está haciendo un juicio en los medios y eso le quita seriedad al propio Lijo”.
Conti se refirió a que los medios incurren en una “presión indebida” del magistrado cuando “repiten que el vicepresidente va a ser llamado a indagatoria y ahora con que va a ser procesado. “A los jueces también les preocupan las tapas de Clarín y el escarnio mediático. No quiero pensar que actúan en función de ello”, sembró la sospecha la diputada en diálogo con el programa radial Contrapunto.
La antigua dirigente frepasista reveló que tuvo una charla privada con Boudou y que “cree fervientemente que fue traicionado y lo va a probar”. Sin embargo, lo criticó por las duras acusaciones que, al comienzo del Caso Ciccone, había lanzado contra el exprocurador general Esteban Righi: “Fue injusto”, soltó en comunicación con FM Identidad.
La diputada que votó la expropiación de la calcográfica de la polémica hizo referencia, sin nombrarlo, a la aparición del empresario Guillermo Reinwick, también convocado a indagatoria, en Periodismo Para Todos. “El tema está tomando ribetes novelescos: hay otros imputados que están yendo a los medios mostrando como sufren en la vida”, señaló.