POLITICA

Cristina se adjudica la exclusividad de una obra y oculta una donación millonaria

El ex alumno Daniel Nycz donó 1,3 millones de dólares a la Facultad de Económicas de la UBA para obras. Violación a la ley de ética pública. Fotos.

El Gobierno anuncia la obra por un total de 37 millones de pesos pero olvida mencionar al principal donante.
| Perfil.com

En todo lugar en el cual el gobierno aporte dinero para obras debe figurar un gigantesco cartel que promocione la gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Eso sucedió en el nuevo edificio de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), con una salvedad: el gobierno anuncia la obra por un total de 37 millones de pesos pero olvida mencionar al principal donante para construir un anexo al edificio ubicado en la Av. Córdoba al 2100 de la Ciudad de Buenos Aires.

El ex estudiante de esa Facultad Daniel Nycz donó 1,3 millones de dólares en 2002 para que el sueño del nuevo edificio sea una realidad. Con este dinero, las autoridades resolvieron que se invierta en ampliar la sede central de Económicas. El nuevo edificio tendrá 5.000 metros cuadrados y sumará 30 aulas.

Gratitud.
Daniel Nycz tiene hoy 64 años. En 1958 ingresó al colegio Carlos Pellegrini gracias a una beca. Esto le permitió acceder a la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y seguir la carrera de Contador Público. A pesar de venir de una familia muy humilde -su padre era encargado de un edificio- logró ascender económicamente. Ahora está jubilado y en su momento fue directivo de la consultora internacional Accenture, donde ingresó en 1970.

Sin embargo, parece que la donación a la Facultad le trajo más problemas que satisfacciones a la familia de Nycz. Luego de conocerse la millonaria donación, la familia debió tomar medidas de seguridad. Una de ellas fue quitar su teléfono de la guía por miedo a las amenazas. Perfil.com intentó hablar en numerosas ocasiones con él, pero nunca quiso atender los llamados para evitar aparecer en los medios.

El Secretario de Hacienda y Administración de la Facultad, César Albornoz, informó que los fondos equivalentes a la citada donación fueron aplicados por la Facultad para la realización de obras generales en la misma y llevar adelante los costos de los estudios preliminares de suelos, proyecto ejecutivo y documentación licitatoria del edificio anexo.

Con dichos estudios, indicó Albornoz, se solicitó al Gobierno Nacional los fondos para el financiamiento de la construcción del nuevo edificio. El Gobierno otorgó los fondos dentro del Programa de apoyo para el desarrollo de la Infraestructura Universitaria, de acuerdo al Convenio Marco entre el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios y la Universidad de Buenos Aires. En función de esto la Facultad llamó a Licitación Pública, adjudicándose la misma a la empresa CAVCON S.A., por un importe original de $37.125.800,37, cuyo monto actualizado a la fecha asciende a la suma de $48.446.124,74.

Publicidad oficial. En julio de 2009 este portal informó que cada empresa que se disponga a realizar una obra pública en Argentina debe, antes que nada, cumplir con una exigencia suprema: hacer campaña para Cristina Kirchner. Esa es una de las condiciones necesarias que se debe llevar adelante en toda obra pública financiada por la Nación, según establece el manual de carteles del Plan Obras para todos los Argentinos del Ministerio de Planificación de la Nación, que encabeza Julio De Vido.

Violación a la Ley de Ética Pública.En 2010 el ministerio de De Vido fue más allá y estableció que todas las obras públicas lleven incluso la cara de Cristina. Esta medida viola la Ley de Ética Pública.

La obra en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA vuelve a poner en debate la cuestión de las obras de gobierno versus la propaganda política. La norma prohibe en su artículo 42 de forma terminante que se incluyan en la publicidad de obras “nombres, símbolos o imágenes que supongan promoción personal de las autoridades o funcionarios públicos”. A la eterna discusión se le suma, en este caso, la falta de reconocimiento a Nycz y la adjudicación en forma exclusiva de una obra a la gestión K.