Minutos antes de que se conozcan los primeros resultados oficiales de las elecciones generales de octubre, en los búnkers del Frente Para la Victoria (FPV) y el de Cambiemos se respiran aires completamente diferentes: en el comando kirchnerista apostaron a una estética deportiva mientras que el macrismo apostó a mantener el colorido palermitano.
Por su estirpe deportiva, el gobernador Daniel Scioli eligió el mítico Luna Park como comando de campaña, donde se mezclan el exministro de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni, el secretario de Estado Ricardo Forster y hasta las vedettes Moria Casan y Graciela Alfano.
Allí, se reparten un cátering bien “nac & pop” con choripanes en la puerta del estadio y pizzas grandes de mozzarella en los pasillos. Los militantes se intercambian consignas “naranja sciolista” con banderas azules que referencian a Néstor y Cristina Fernández de Kirchner.
“Hay una contundente victoria de Scioli, que amplió su diferencia respecto a las PASO”, salió a advertir rápido el principal asesor del sciolismo, Alberto Pérez. Sus palabras despertaron alegría en las tribunas, donde celebró un imitador del Papa Francisco.
Mucho más festivo aún es el Complejo Costa Salguero, que el PRO convirtió en cábala desde que ganó su primera elección en la Ciudad de Buenos Aires. Allí se reparten brownies, canapés y tartas de jamón y queso, se observan los clásicos coloridos globos con elementos de cotillón. Tan Biónica, Los Fabulosos Cadillacs y Los Auténticos Decadéntes musicalizan la noche.
Antes de que la candidata a gobernadora María Eugenia Vidal saliera a celebrar la “excelente elección”, el búnker se había llenado de “magia” de la mano del Mago Sin Dientes, que divirtió a los presentes en los pasillos con algunos “pases mágicos”.
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