En Entre Ríos, el bastión más combativo de la protesta rural, la decisión de levantar el paro como una gesto para dialogar no caló muy simpática, pero fue aceptada por los comandados por Alfredo De Angeli.
Fue él quien afirmó hoy que "iniciamos una nueva instancia, pero de la ruta no nos vamos, tenemos que estar ahí, mirando qué están haciendo", ante la mirada de unos mil productores agropecuarios de la ciudad cordobesa de Berrotarán, a unos 133 kilómetros al sur de la capital de esa provincia.
De Angeli pidió garantías en el proceso y les puso nombre y apellido: Juan Schiaretti y Hermes Binner, los gobernadores de Córdoba y Santa Fe que recibieron a las entidades la semana pasada.
"¿Por qué no invitan a los gobernadores, que están del lado nuestro, que sean garantes de las negociaciones? Yo tengo miedo de que volvamos al manoseo y que nos quieran quebrar", lanzó e instó a las entidades a "invitar" a los gobernadores para que "se sumen ellos a las negociaciones y los respalden".
"No nos van a llevar para atrás, ya que felizmente estamos nosotros para impedirlo", aseguró el ruralista, quien expresó que "ojalá que mañana mismo llegue una solución". No obstante, su pronóstico no es esperanzador: "Tenemos para rato", dijo.
"Esta noche dicen que se va a liberar la venta de granos, pero la conciencia y la necesidad de cada uno va a decir lo que tenemos que hacer. Yo no voy a vender, no voy a vender hasta que no se arregle la situación y muchos compañeros están pensando lo mismo", sentenció.