Francisco de Narváez es uno de los candidatos que capta más diversidad de voto, ya que muchos de los sufragios provienen tanto del PJ disidente (28,1%) como de la alianza entre el radicalismo, la Coalición Cívica y el Partido Socialista (28,2%) y del kirchnerismo (15,5%). El dato, que surge de un estudio de la consultora Management & Fit, es uno de los principales motivos por los cuales el diputado y empresario le acaba de ganar la pulseada de las encuestas a Felipe Solá.
“Hay un sector importante que no quiere votarlo a Kirchner y quiere su salida. Cuando el votante quiere que alguien se vaya se produce una polarización entre dos sectores. Por esto, también comienzan a sumarse votos del radicalismo y automáticamente Stolbizer (Margarita) se convertirá en la tercer fuerza”, explica el ex diputado Carlos Brown, uno de los posibles candidatos a integrar la lista de Unión Pro.
El estudio grafica un dato claro: mientras el 71,6% de los posibles votantes de De Narváez desaprueba la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, la proporción baja a 52,4% cuando se la consulta sobre la tarea de Daniel Scioli. Es decir, es profundamente antikirchnerista y está descontenta con el gobernador, aunque no deja de tener algunos puntos en común con él. Por este motivo, a pesar de no tener el perfil clásico del peronista bonaerense (como tampoco lo tenía Scioli), De Narváez atrae a sectores del justicialismo.
Desde un punto demográfico del análisis surge que el 52,5% de los votantes son mujeres, que la mayoría (67%) de los que dicen que sufragarán por el empresario en junio tiene entre 18 y 45 años, mientras que el nivel educativo es bajo/medio (57%). Un dato sobresaliente que surge de los sondeos realizados es que el nivel socioeconómico de los electores es medio/bajo (43,5% y 43,3%), mientras que el sector de clase alta registra una intención de voto del 13,3%.
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