Sergio Massa quiere ser presidente. Ni bombero, ni policía, ni astronauta. En primer grado, con sólo seis años, el intendente de Tigre decía confiado que sería presidente. Así lo recuerdan en una charla con PERFIL sus compañeros, el cura del colegio El Agustiniano, de San Martín, y sus profesores.
“Nos hinchaba tanto con que iba a ser presidente que ya uno se hacía a la idea de que lo sería. Yo le decía que se deje de hinchar con la política y que se ponga a estudiar, porque en el secundario, cuando se metió con la Ucedé y se pasaba los fines de semana recorriendo pueblos, sus calificaciones comenzaron a bajar”, contó el padre Javier, director de Massa durante el secundario. Lejos de esta escena, en esta campaña electoral, el cura empapeló el barrio con los afiches del candidato a diputado del Frente Renovador y convenció de a uno a muchos de los fieles que visitaban la Iglesia de la esquina de la escuela.
“Ya en primer grado, cuando nosotros ni siquiera sabíamos lo que significaba ser presidente, Sergio no se cansaba de repetir esa palabra. No decía que quería ser político, decía directamente que llegaría a presidente”, recordó su compañero de banco, Diego Sarcona.
Las ganas de ser el mejor y su nivel de competitividad lo llevaban a que cada año obtuviera el cuadro de honor del grado “por el que los padres se peleaban para que sus hijos aparezcan”, recuerda Oscar Castroagudin. Pero la principal competencia la daba fuera del aula. “Te desafiaba hasta en el truco, y en aquel entonces el fútbol era la competencia más importante, y ahí era donde dejaba al descubierto su temperamento, no le gustaba que le hicieran ni un gol”, contó Alejandro Decuzzi. El intendente de Tigre era el arquero del equipo del colegio.
Massa mantuvo la amistad con sus compañeros hasta la actualidad. Muchos de ellos estuvieron en el acto de lanzamiento de campaña y lo aconsejan en su carrera política. “Con nosotros se siente protegido. En una reunión que hicimos antes del lanzamiento, nos dijo que para él somos una bocanada de aire fresco y que sentía que estaba en un lugar en donde nadie le iba a pedir nada”, explicó Christian Espinosa.
Fanático de las encuestas, Massa también utiliza a sus compañeros como un medidor de opiniones. “En medio de la crisis del campo, él nos preguntaba qué opinábamos y cómo veíamos la pelea”, contó Diego Abregú. Ignacio Barba agregó: “En las reuniones no hablamos mucho de política, pero Sergio siempre nos consulta sobre qué hacer. Hace un año nos preguntó qué creíamos que tenía que hacer, si seguir en la intendencia o ir para otro lado”.
Su maestra de inglés, Franca Ricci, y su profesor de historia, Claudio Lacapmesure, volvieron a ver a Massa a través de los medios cuando asumió como titular en la Anses. “Sigue siendo el mismo chico que conocimos. Logró lo que quería y lo va a seguir logrando” aseguraron.
En los primeros años de la primaria, Massa se había ganado el sobrenombre de “Cabezón”. Sin embargo, ninguno de sus compañeros se anima a mencionarlo: “Cómo le decíamos?, líder, presidente”, se reían.