El martes 28 de septiembre, la policía española reportó la detención de siete personas vinculadas a Askapena, una agrupación asociada con ETA, la organización terrorista vasca, acusados por el delito integración en banda armada. Entre ellos, su líder, Walter Wendelin, un militante que apenas tres días antes (el 25 de septiembre) había estado en Buenos Aires.
En nuestro país, el sospechoso tenía sendos contactos con la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini - que respaldó la no extradición de Galvarino Apablaza a Chile - y hasta llegó a dar clases en la Universidad popular que tiene su asociación: participó de la cátedra que trabajó en la recuperación del Hotel Bauen y también en la Casa de la Cultura Vasca, donde disertó el 3 de septiembre de este año, publicó hoy el diario La Nación.
Desde el 1 de julio, Wendelin, de 53 años, se movía entre Uruguay y Argentina y tenía en su historial al menos dos rechazos en países de la región: en solidaridad con la Madre Patria, la cabeza de Askapena tuvo prohibido el acceso a Chile durante el gobierno de Michelle Bachelet y en marzo, Hugo Chávez en Venezuela hizo lo propio.
Además de Bonafini, en nuestro país contaba entre sus filas dirigentes como la ex diputada de Izquierda Unida, Patricia Walsh y militantes de la agrupación Quebracho o abogados como Eduardo Soares.
Askapena se conformó en el año 1987 como una entidad para difundir el pensamiento del Movimiento de Liberación Nacional Vasco en Medio Oriente e Iberoamérica.