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Dos batallones de abogados libran una batalla paralela

Quienes transitan Tribunales dividen a los letrados del caso en dos sectores enfrentados. Ecos de la pelea entre el Gobierno y Clarín.

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Con un vaso de bourbon acaramelado en una mano y un habano en la otra, un importante ex funcionario judicial analiza el caso Ciccone a pocos metros de la piscina del hotel Faena. “Se enfrentan dos seleccionados. Por un lado el equipo del vicepresidente, es decir el Gobierno; y por el otro el equipo de Ciccone, es decir Clarín”, razonó con una lógica acorde al clima mundialista. Los jugadores son los abogados y los lobistas judiciales.
Según la fuente, el “director técnico” del seleccionado de Amado Boudou es Darío Richarte, ex subsecretario de la SIDE durante el gobierno de Fernando de la Rúa. Richarte recibe consejos de Javier Fernández, integrante de la Auditoría General de la Nación.
El diez de ese equipo es Diego Pirota, defensor de Boudou. Este abogado tiene entre sus clientes a Claudio Uberti, ex director del Occovi; Juan Manuel Abal Medina, del ex jefe de Gabinete; Alfredo Scoccimarro, vocero presidencial, y Daniel Cameron, ex secretario de Energía, entre otros funcionarios K en apuros. Eduardo Durañona es el otro abogado del vice, es de Mar del Plata y primo del intendente de San Antonio de Areco, Francisco Durañona.
Deborah Lichtmann, del estudio de Richarte-Pirota, fue la abogada del socio y amigo de Boudou, José María Núñez Carmona, hasta que renunció y se hizo cargo de esa defensa Ramiro Rubinska, el primer letrado de Pablo Schoklender en la causa por el desvío de fondos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
Pablo Slonimsqui patrocina a Guido Forcieri, ex jefe de Gabinete de Boudou cuando era ministro de Economía. Durante el caso Skanska, Slonimsqui representó a Néstor Ulloa, ex gerente general de Nación Fideicomisos. También compartió con Rubinska la defensa de Schoklender.
Alejandro Vandenbroele, hombre clave en el caso Ciccone, ya tuvo tres abogados. El primero fue Oscar Bareiro, apoderado legal de The Old Fund, que renunció porque es parte del expediente. Después llegó el fogueado Hugo Pinto, uno de los abogados del caso Skansa y del caso Antonini Wilson. Desde hace meses, lo representa Germán Soria, quien fue parte del estudio Roca y Sarrabayrouse, y llegó a la causa Ciccone gracias a un contacto que hizo cuando realizó su especialidad en Derecho Penal en la Universidad Austral.  El otro equipo. Nicolás Ciccone eligió a Maximiliano Rusconi, ex abogado de Raúl Moneta y de Carlos Menem. Pero a mitad del partido, Ciccone incorporó a Marcelo Ruiz, que no es penalista pero tuvo un rol protagónico en la SIDE durante el menemismo, llegó a ser el jefe de los espías criollos en Londres y aún tendría llegada a sus ex colegas. Además, hay otro condimento especial, Ruiz es amigo de Alfredo Lijo, hermano del juez Ariel Lijo.
El yerno de Ciccone, Guillermo Reinwick, se maneja con la defensa de Carlos Vela, ex secretario del juez de la Sala B del Penal Económico Roberto Hornos.
Y Rafael Resnick Brenner, ex jefe de asesores de la AFIP, tiene como abogado a Francisco Castex, del estudio de Alfredo Iribarne, ambos apoderados de Cablevisión (Grupo Clarín). Su otro abogado es Luciano Pauls. El jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, ya tiene preparado al ex ministro de Justicia Bonaerense León Arslanian para su defensa. “Acá hay que ver qué hace Brito (Jorge, presidente del Banco Macro)”, dice el curtido ex funcionario.