La semana que comienza mañana tendrá condimentos picantes para la economía local. Por el envión de un viernes negro y también por una licitación clave para el ministro de Economía, Martín Guzmán.
El viernes fue otro “día negro” para las finanzas argentinas. Los bonos en dólares que se reestructuraron hace menos de dos años, cayeron otro 4% y acumularon un retroceso del 35% desde que comenzó el año.
La mala racha también afectó a los bonos en pesos que ajustan por la inflación, que pierden más del 3% en esta rueda. Estos títulos que pagan un rendimiento acorde a la inflación más algún punto adicional ya perdieron hasta el 25% de su cotización en el mes, cuando Enarsa salió a vender el equivalente a US$ 40 millones para comprar combustibles y generó el miedo entre los inversores de una nueva cesación de pago o un canje compulsivo como fue el Plan Bonex en diciembre de 1989. Y como si fuera poco, el viernes, la recientemente creada “Liga de los Gobernadores”, plantearon un programa “en defensa de los argentinos” para lograr “consensos” y “unidad”.
Pero de manera más enfática, alertaron sobre “el impacto de la inflación en los ingresos de las familias argentinas”, y exigieron “la implementación de medidas específicas destinadas a desacelerar su impacto de manera clara y sostenida”.
Con todo eso, no era extraño que la tasa de Riesgo-País pegara otro salto, esta vez del 5%, para llegar a los 2.400 puntos, mas del doble que lo alcanzado en septiembre del 2020, 1.100 puntos, cuando hizo el canje de deuda entre los acreedores privados.
Incluso, habrá que tener en cuenta que, a fines de marzo, cuando el Gobierno cerró el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda que era en esos momentos de US$ 40 mil millones, y tomar otros US$ 4 mil millones adicionales para reforzar las reservas, el indicador que elabora el J.P. Morgan rondaba los 1.730 puntos.
En este marco, la consultora Quantum advirtió que “el perfil de vencimientos es demandante en los próximos tres meses”, cuando vencen un billón 800 mil millones de pesos, de los cuales, un poco más de la mitad de ellos, se deben pagar en septiembre, cuando el Estado deba afrontar $ 940 mil millones.
Si en el trimestre julio-septiembre “se mantuviese la tasa de rolleo del canje de esta semana –62%–, el aumento nominal de la base monetaria sería de 18%. A esto habría que sumar las necesidades de financiamiento del déficit fiscal”, dijo Quantum, advirtiendo una posible “espiralización” de la emisión monetaria.
En este marco, el ministro de Economía, Martín Guzmán licitará el martes ocho títulos de deuda, todos en pesos, tres de ellos a tasa fija, otros dos que se ajustan por inflación, y dos bonos vinculados a la variación del dólar, estos últimos con vencimiento en el 2023 y 2024.
A partir de las 10 y hasta las 15 los Fondos Comunes de Inversión podrán realizar sus ofertas por una Lelite con vencimiento el 29 de julio, con un precio de adhesión que resulta en una Tasa Nominal Anual (TNA) del 51% y una Efectiva (TEA) del 61,72% para los 29 días de plazo
Además, ofrecerá tres Letras de Descuento (Letes) con vencimiento a fines de agosto, octubre y noviembre con precios máximos de suscripción que implica para el inversor garantizar tasas mínimas efectivas del 70,06%; 70,46% y 70,80%, respectivamente.
La oferta del Ministerio de Economía también contempla las Letras Ajustables por CER (Lecer), ligadas a la variación de precios, con vencimiento el 21 de octubre y 16 de diciembre de 2022.
También habrá una nueva Lecer con vencimiento el 23 de noviembre de 2022, con precio máximo de suscripción que garantiza al inversor una tasa real del 2,75%.
De manera paralela, se ofrecerán dos bonos vinculados al dólar estadounidenses (dollar-linked) pagaderos el 28 de abril del 2023 y 30 de abril 2024.
Entre mayo de este año e igual mes del 2021 el stock de deuda se incrementó por el equivalente a US$ 33.559 millones, para sumar US$ 374.536 millones, informó la Secretaría de Finanzas.
Ese total implica US$ 51.471 millones por encima de los 323.065 millones de diciembre del 2019, cuando dejó el gobierno Mauricio Macri, a pesar del canje de la deuda con el sector privado, cerrado en septiembre del 2020, la renovación del préstamo por unos US$ 44.800 millones que se hizo con el FMI en marzo de este año, y diferir para el 2024 el pago de US$ 2.400 con el Club de París.
De hecho, la deuda con el FMI ascendió a mayo de este año a 44.839 millones, contra los US$ 40.952 millones de diciembre del 2019, mientras que los bonos en pesos ajustados por inflación (CER) subieron hasta el mes pasado US$ a 54.249 millones.
Guzmán negó la semana pasada la posibilidad de un default de la deuda en pesos. “Jamás haría eso”, dijo el ministro de Economía a través de su cuenta de Twitter.
Yo no suspendí el viaje. La empresa canceló el vuelo y no llegaba al Foro de Minería. Asistiré de forma virtual.
— Martín Guzmán (@Martin_M_Guzman) June 13, 2022
Y en cuanto a la barbaridad de defaultear deuda en pesos: nuestro Gobierno jamás haría eso. El crédito en la moneda propia es un pilar de 𝐭𝐨𝐝𝐨 Estado soberano. pic.twitter.com/jxOPsG86xP