En su pudiente juventud en la ciudad de La Plata, Emilio Pérsico nunca se imaginó ocupar el rol que hoy le toca atravesar: es uno de los referentes sociales más importantes del país, con la coordinación nacional del Movimiento Evita, y a través de la Secretaría de la Economía Social cuenta con el programa Potenciar Trabajo, una de las cajas más atractivas del Estado.
El camino para arribar a este presente, que además lo tiene como un actor con bando definido en la interna del Frente de Todos, no le resultó sencillo al dirigente. Militó en Montoneros, en la década de los 70 y 80, y con la llegada de Carlos Menem al poder sintió la necesidad de fundar el Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho, para resistir, como lo ha definido en varias oportunidades, las “políticas neoliberales”.
Pero con el paso del tiempo se alejó y el nuevo milenio lo encontró dedicado a la construcción del Movimiento de Trabajadores Desocupados Evita, la agrupación con la cual se supo codear con el poder político y, en especial, con un personaje trascendental para sus años venideros: Néstor Kirchner, con quien supo tejer un vínculo muy particular, al punto que su último hijo, que cuenta con 8 años, lleva el nombre del fallecido ex mandatario.
El propio Pérsico le contó a PERFIL que esa relación nació por amigos en común entre ambos: “Tenía dos amigos en común y uno era (el ex secretario de la Presidencia, Carlos) Kunkel. Yo tenía un puesto en el mercado de Varela, cuando terminaba de vender me iba a desayunar con el Flaco (Kunkel). Él me hablaba siempre bien de Néstor. Otro era el viejito (Jorge) Cepernic, el ex gobernador de Santa Cruz. Se venía desde allá a charlar y hablar de política. Me decía que me tenía que acercar. El viejo siempre me hablaba a favor de Néstor”, recordó.
La sintonía Pérsico-Kirchner fue indestructible, a punto tal que, por pedido del referente del Frente para la Victoria, Pérsico debutó en la función pública, como subsecretario de Agricultura Familiar, un puesto que ejerció hasta el fin del segundo mandato de Cristina Kirchner.
Con la vicepresidenta jamás consolidó la misma conexión que tenía con el dirigente santacruceño, algo que se ve ahora a las claras, tras el discurso de la titular del Senado contra los movimientos sociales, aunque hubo primeros desencuentros bajo la gestión Cambiemos.
La titular del Senado no lo considera leal y a su lado señalan que el funcionario no estuvo en Comodoro Py el 13 de abril de 2016, en la primera presentación de Kirchner ante la causa conocida como “dólar futuro”.
Y el kirchnerismo, a su vez, le reprocha a Pérsico su diálogo aceitado con Carolina Stanley, la ministra de Desarrollo Social de Mauricio Macri. Como resaltan desde organizaciones sociales combativas ante este medio, el Evita pasó a ser “el Movimiento Carolina” por aquellos tiempos.
Pérsico, además, jugó electoralmente en contra de la ex mandataria, apoyando la lista de Florencio Randazzo en 2017, un año en el que trabó relación con Alberto Fernández, en ese entonces jefe de campaña del ex ministro, y en los últimos años trató de impulsar candidatos con el sello del Evita en la provincia de Buenos Aires, lugar de La Cámpora, un gesto que acrecentó fricciones.
Por eso, cuando estalló la interna en la alianza, no le costó elegir posicionamiento, al contrario: está totalmente identificado con el Presidente, defiende el rumbo económico y es optimista con lo que puede suceder en el país. Con la vicepresidenta ya discute públicamente con una certeza: su relación con ella no tiene vuelta atrás.
Mujeres piqueteras, en contra de que el Estado “meta la mano”
Mujeres integrantes de organizaciones sociales nucleadas en Frente de Unidad Piquetera llevaron adelante ayer una olla popular en el Obelisco en rechazo a las declaraciones de Cristina Kirchner, quien se mostró a favor de que se reduzcan los planes sociales.
“El ataque se produce en medio de una enorme movilización contra el ajuste del gobierno que Cristina integra, y utiliza su lugar de poder político y mediático para violentarnos a las mujeres trabajadoras y precarizadas de las barriadas populares”, indicaron las referentes en un comunicado.
“La vicepresidenta reclamó el monopolio estatal de los programas sociales, en la tónica de los recientes ataques mediáticos y patronales a las organizaciones piqueteras con el propósito de liquidar la precaria asistencia económica del Estado y desmantelar el movimiento de desocupados que lucha contra el ajuste. Quiere realinearse con los intendentes y gobernadores de largo prontuario misógino y machista, para el manejo punteril de los programas de asistencia social, en función de su acomodo electoral”, añadieron.
“Como mujeres organizadas y piqueteras, repudiamos la pretensión de CFK de que el Estado meta la mano en las organizaciones”, dejaron claro. La manifestación tuvo un momento de tensión cuando el legislador porteño Roberto García Moritán, el marido de la conductora Pampita Ardohain, se acercó a dialogar con las mujeres y discutió con Eduardo Belliboni, líder del Polo Obrero, quien también se hizo presente en el lugar.
“Decenas de mujeres se acercaron a contarme sus problemas y pedir fotos. A los CEO de la pobreza no les gustó nada y me echaron a los gritos mientras a ellas las agredían por haberme escuchado”, escribió el diputado de Republicanos Unidos en sus redes sociales, con un video del incidente.
Ésto me pasó hoy en el corte de la 9 de julio: decenas de mujeres se acercaron a contarme sus problemas y pedir fotos. A los CEOs de la pobreza no les gustó nada y me echaron a los gritos mientras a ellas las agredian por haberme escuchado. pic.twitter.com/rmoPA47tEr
— Roberto García Moritán (@Robergmoritan) June 24, 2022