¿Cómo se logra ser condenado por tráfico de efedrina y no ser detenido en el intento? Al menos tres hombres pueden decir que lo hicieron. Durante los últimos nueve días, un fiscal pidió al menos tres veces a un tribunal que ordene la detención de tres condenados por tráfico de efedrina con condena firme. El Tribunal Oral Federal Número 4, integrado por los jueces María Gabriela López Iñíguez, Néstor Guillermo Costabel y Pablo Bertuzzi, había condenado a Alfredo Abraham a 11 años de prisión por el tráfico de efedrina en agosto de 2014. También sentenciaron a Alberto Salvador “Negro” López a 6 años y a Wendling Duarte a 5 años de prisión. Un cuarto hombre, Josué Fuks, está prófugo desde 2009.
La primera vez que el fiscal del juicio, Diego Luciani, pidió la detención de Abraham, López y Duarte fue en agosto de 2014. Pero el tribunal decidió esperar a que la condenada estuviera firme. El caso expuso las conexiones entre los servicios de inteligencia, la política, el gobierno kirchnerista y el narcotráfico. Dos de los condenados tenían llamados a la Casa Rosada; otros, negocios con el Estado y contactos políticos. El Tribunal 4 es el mismo que debe juzgar a Amado Boudou por el caso Ciccone y a Julio De Vido por la tragedia de Once.
La confirmación de la condena llegó recién en febrero de 2017, casi tres años después. Los jueces Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Ana María Figueroa confirmaron la sentencia del tribunal y agregaron más cargos contra los acusados. El fiscal volvió a solicitar sus detenciones. Pero los abogados Luis Sasso y Nicolás Durrieu presentaron un recurso para apelar ante la Corte Suprema.
El 13 de julio, Casación no hizo lugar al pedido de los defensores y agotó así su período de gracia. Ya no había más excusas para el tribunal. Luciani volvió a solicitar las detenciones inmediatas.
El 17 de julio, el fiscal fue notificado de las novedades y pidió las detenciones inmediatas. En el expediente quedó clara la dilación: “Tal como se ha realizado en reiteradas ocasiones”, dijo el fiscal en referencia a su pedido de captura. La última vez había sido el 22 de junio pasado, cuando solicitó que López fuera aprehendido tras la denuncia de supuestas amenazas de un testigo del juicio.
El tribunal les otorgó “24 horas” a los acusados para que se presentaran ante la Justicia, “bajo apercibimiento de disponer sus inmediatas detenciones”. El que no perdió el tiempo fue Abraham. No bien se enteró de que cayó su pedido de ir a la Corte, el 15 de julio adujo problemas de salud y se internó en la Clínica del Sol. Su abogado pidió su prisión domiciliaria. El sistema le permitió enterarse al mismo tiempo que el fiscal de que estaba en condiciones de ser detenido. Ni López ni Duarte aparecieron.
El 18 de julio, el plazo de 24 horas había vencido. Abraham seguía internado y quedó detenido en la clínica, pero no había rastros del resto. El fiscal volvió a pedir las detenciones inmediatas de López y Duarte. Debió repetir el pedido al día siguiente. Solicitó las capturas nacionales e internacionales, y la intervención de varias fuerzas de seguridad. El viernes, el tribunal ordenó las capturas. Al cierre de esta edición, no había noticias de López y Duarte.