En el transcurso de la semana entrante, la Argentina alcanzará el temido registro de 100 mil fallecidos por coronavirus. El 7 de marzo de 2020 fue la primera muerte en el país, en un contexto de incertidumbre y desconocimiento sobre una pandemia que causó estragos en todo el mundo y que todavía está lejos de terminar. La cifra total de fallecidos hasta ayer era de 98.501, con un promedio de 395 muertes diarias de acuerdo al conteo de los últimos siete días y, si bien los casos se encuentran en descenso, la cantidad de fallecidos aún tiene altos registros.
Con la mira puesta en una campaña electoral que ya está en marcha, tanto el oficialismo como la oposición fueron endureciendo sus discursos, lejanos a la concordia inicial de los primeros meses de pandemia, con fotos en conjunto y estrategias acordadas que comenzaron a resquebrajarse con la segunda ola.
“Prefiero tener 10% más de pobres y no 100 mil muertos en la Argentina”, fue uno de los diagnósticos iniciales del presidente Alberto Fernández en abril de 2020, cuando intentaba evadir la dicotomía entre salud y economía. En ese momento optó por la primera opción, pero la presión para tener en cuenta la segunda variable se fue haciendo más fuerte con el correr de los meses. Los datos del último semestre de 2019, última medición antes de la pandemia, indican que la pobreza se ubicó en el 35,5%, escaló al 40,9% en los seis meses siguientes y marcó 43,5% en el primer semestre de 2021, lo que permite pensar que el 10% anticipado por el Presidente no está lejos.
En ese escenario, el gobierno nacional organizó hace dos semanas un homenaje a todos los fallecidos de covid en el país, que no fue bienvenido en una oposición que puso la cuestión sanitaria y la marcha del plan de vacunación al tope de las demandas al oficialismo. “Nos damos cuenta del valor de la solidaridad y los peligros del egoísmo en una catástrofe como la pandemia”, decía en ese encuentro el Presidente.
Desde Juntos por el Cambio, con fuerte impulso del equipo parlamentario, se fueron sucediendo decenas de pedidos de informes y de convocatorias a funcionarios, encabezados por los referentes del área de Salud: Ginés González García, hasta el escándalo del vacunatorio vip, y luego por Carla Vizzotti, y buena parte de los integrantes del gabinete que lidera Santiago Cafiero.
Vacunas de Pfizer y Moderna rara vez podrían provocar inflamación cardíaca
“Dijeron que cuidarían la vida por sobre la economía. Destruyeron la economía y generaron un desastre sanitario, siendo el peor gobierno en manejo de la pandemia, con 100 mil muertos. No ganaron la salud ni la economía; como siempre ocurre con el kirchnerismo, ganó la corrupción”, fue la lectura que hizo en diálogo con PERFIL el diputado radical Álvaro de Lamadrid, uno de los críticos más duros de la gestión del oficialismo.
Por su parte, el radical mendocino Luis Petri incorporó a la discusión otro de los ejes de la controversia reciente, centrado en los obstáculos para la llegada de vacunas de Pfizer, que fueron disipados a través de un DNU.
“A las graves irregularidades en el desvío y robo de vacunas, se sumó la incapacidad para celebrar acuerdo con los más de diez laboratorios que actualmente fabrican vacunas en el mundo, el inexplicable rechazo de 13 millones de vacunas del laboratorio Pfizer y el acuerdo con Covax para la provisión de vacunas a solo el 10% de la población”, se quejó el legislador, que evaluó que sería “necesario un pedido de perdón por el Gobierno, pero no es suficiente ya que es imprescindible que corrija los errores que nos trajeron hasta acá para no tener que seguir lamentando muertes por la pandemia”.
Al tope en el ranking de vacunación
El ritmo de vacunación durante la última semana puso a la Argentina al tope del ranking mundial, con 0,87 dosis aplicadas cada 100 personas, según el informe del sitio Our World in Data, de la Universidad de Oxford. Dentro de ese registro, superó a países como Italia (0,86 vacunas cada 100 habitantes), Francia (0,84), China (0,82) y Alemania (0,76). En la región, detrás de la Argentina se ubicó Brasil, con un ritmo de vacunación de 0,62 dosis cada 100 personas.
Para llegar a la cima del ranking se combinaron dos variables en el país. Por un lado, se incrementó notablemente la disponibilidad de dosis pero, al mismo tiempo, otros países como Estados Unidos, que llevaban la delantera en el ritmo de vacunación, encontraron un techo en la cantidad de personas que quieren vacunarse, y les cuesta superarlo.
“Impresionante cómo está creciendo el ritmo de vacunación en Argentina. Y esto ya no se detiene. ¡Fuerza, que cada vez falta menos!”, resaltó el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, en referencia al hito de vacunación de la última semana.